viernes, 14 de diciembre de 2012

Toda una lumbrera: Un genocida.




¿Hay que tolerar a los herejes? , se pregunta Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica (art 3 de la cuestión 11 Parte II-IIae). Y el santo católico, patrón de las universidades y centros de estudio católicos, responde sin dudar: "por parte de la Iglesia está la misericordia en favor de la conversión de los que yerran, y por eso no se les condena, sin más, sino después de una primera y segunda am
onestación (Tit 3,10), como enseña el Apóstol. Pero después de esto, si sigue todavía pertinaz, la Iglesia, sin esperanza ya de su conversión, mira por la salvación de los demás, y los separa de sí por sentencia de excomunión. Y aún va más allá relajándolos al juicio secular para su exterminio del mundo con la muerte". Y justifica el exterminio de herejes diciendo "es mucho más grave corromper la fe, vida del alma, que falsificar moneda con que se sustenta la vida temporal. Por eso, si quienes falsifican moneda, u otro tipo de malhechores, justamente son entregados, sin más, a la muerte por los príncipes seculares, con mayor razón los herejes convictos de herejía podrían no solamente ser excomulgados, sino también entregados con toda justicia a la pena de muerte.".


"Lumbrera de la Iglesia y del mundo entero", así hablaba el Papa Pablo VI en una carta apostólica de 1972 para referirse a Tomás de Aquino, ese ideólogo del exterminio de disidentes.


La Suma Teológica y su autor, continúan a la fecha siendo pilares de las enseñanzas impartidas por la iglesia católica en sus establecimientos educativos.

jueves, 13 de diciembre de 2012

«En los Últimos Tiempos la Iglesia pasará por una dolorosa purificación»





En octubre pasado vio la luz un libro que se ha convertido en su poco tiempo de andadura en el mercado en todo en éxito editorial: Apostasía. ¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis?  (Ediciones De Buena Tinta). Su autor, Thomas S. Crown, ha concedido una entrevista en exclusiva a Religión en Libertad.

En Apostasía Ud. advierte sobre los graves peligros que se ciernen sobre la Humanidad. ¿A cuáles se refiere?
En la obra no hay nada inventado, fuera del relato vivido por sus protagonistas. Todo lo demás está basado en la Biblia, el Catecismo de la Iglesia Católica y los mensajes marianos transmitidos a lo largo de los últimos siglos. Los peligros a los que el hombre se enfrenta son los propios de quienes han abandonado a Dios, aferrándose a ídolos mundanos. Dichos acontecimientos ya fueron anunciados en el pasado por los profetas, así como recogidos en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis de san Juan.

Lo que estamos viviendo es sólo la consecuencia de un mundo que vive de espaldas a Dios. Estaríamos hablando, por ejemplo, de un nuevo orden mundial con una religión universal, la cual prometería alcanzar la felicidad aquí en la Tierra; así como la llegada de un falso mesías. No es difícil admitir que tales acontecimientos encontrarían un terreno abonado para su implantación.

Algunos advierten que estos acontecimientos apocalípticos son inminentes...
Los acontecimientos anunciados como inminentes no significa, necesariamente, que tengan que suceder la semana que viene, dentro de un mes o el año próximo, pues el tiempo del Cielo no es el de la Tierra. Más aún, si yo, o cualquier otro, señalara fechas, estaría faltando a la verdad, pues “el día y la hora nadie la sabe, sólo el Padre...”.

En las apariciones marianas hay amenazas de castigos...
Hay que aclarar que una madre no amenaza con castigos a sus hijos sin más, sino que lo hace por amor hacia ellos, advirtiéndoles de los peligros a los que están expuestos para que rectifiquen y se salven. Ella, la Virgen, además, no se contenta sólo con advertir, sino que ofrece los medios para superar y vencer la apostasía, el rechazo de Dios que estamos viviendo. Dichos medios no son otros que la oración, especialmente el Santo Rosario, su oración favorita; así como sacrificarnos por los demás y frecuentar los sacramentos. Ella pide por todos: por el Papa, que está siendo acosado por los partidarios del Mal; también por los sacerdotes; pide también que oremos por los pecadores y los alejados de la Iglesia, para que todos se conviertan y se salven.

Sin embargo, muchos viven atemorizados...
No es miedo lo que debe infundirnos todo esto, sino un cambio profundo en nuestras vidas, volviendo la mirada a Dios y poniendo en práctica sus consejos. No resultará fácil, pues la Iglesia pasará por una dolorosa purificación como la descrita en el libro Apostasía. La crisis por la que estamos atravesando no es tanto una crisis económica, que sin duda lo es, como de valores y de fe, causa y origen de la primera. No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para constatarlo.


¿La presencia y gravedad de estos peligros en la sociedad actual es un signo de que estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? ¿Cuáles son según las Sagradas Escrituras esos signos anunciadores del fin del mundo?
Los acontecimientos que estamos viviendo parecen confirmarlo. Debo, sin embargo, hacer una aclaración que considero de importancia capital: no debemos confundir “Últimos tiempos” con el “Fin del mundo”, cosa que muchos hacen.

En cuanto a la segunda pregunta, ¿quién mejor que el propio Cristo para responderla?: “De la higuera aprended la parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mt. 24, 32-33). La Virgen en sus apariciones ofrece respuestas. Yo me quedo con una conclusión llena de esperanza, los castigos anunciados están condicionados: “Pero si el hombre cambia...”. Por tanto, si permanecemos fieles y unidos a la Iglesia de Cristo en el amor, nada debemos temer pues “quien a Dios tiene, nada le falta”. “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Hace algún tiempo Juan Manuel de Prada dedicó uno de sus programas de Lágrimas en la lluvia a un tema poco tratado: el milenarismo. ¿Qué opina Ud. de esto?
Sin hacer mención expresa, el milenarismo aparece reflejado en Apostasía. El milenarismo cristiano habla de mil años de reinado de Cristo, durante los cuales Satanás permanecerá encadenado en el Abismo. Después será soltado por un tiempo para atormentar al mundo, a fin de que éste perezca con él. Al final de dicho milenio vendría una época turbulenta, en la que parecerá que la Iglesia fundada por Cristo está a punto de desaparecer (tiempos que podríamos estar ya viviendo y que coincidiría con el dado a Satanás para reinar en el mundo). Él ofuscará la mente de jueces, políticos y gobernantes para que dicten leyes injustas. Después tendrá lugar la Parusía, la Segunda Venida de Cristo a la Tierra, pero esta vez con todo su esplendor.

En los primeros siglos del cristianismo se esperaba esta Segunda Venida Gloriosa como algo inminente, de tal forma que muchos cristianos eludían sus compromisos temporales, adoptando una postura pasiva. Los padres de la Iglesia se vieron obligados a alertar sobre este error. Por eso la Iglesia enseña que lo importante no es conocer cuándo llegarán los Últimos tiempos o la Parusía, sino permanecer en la virtud y alejarnos del pecado, mientras se trabaja dando a conocer el mensaje de Cristo, no solo de palabra sino, sobre todo, viviéndolo intensamente en primera persona.

El propio Cristo hace alusión a estos tiempos: “Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.

¿En qué consiste propiamente la apostasía? ¿Es un fenómeno presente sólo en la sociedad o es también algo presente en la Iglesia?
Apostasía es el rechazo consciente e intencionado a Dios. Dice el apóstol san Pablo en la segunda carta a los tesalonicenses: “No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.

En cuanto a la segunda parte: si respondo que la sociedad forma parte de la Iglesia, y ésta, a su vez, de la sociedad, quedaría respondida la pregunta. Si quienes forman la Iglesia: papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas, laicos... se apartan del Evangelio, entonces podríamos decir como recogen los textos sagrados: “Si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?” Para abundar en la respuesta decir que en diversas apariciones marianas aprobadas por la Iglesia Católica, bien de forma explícita, bien tácitamente, la Virgen pide por todos sus hijos, pero muy especialmente por los sacerdotes cuya vida dicta mucho del mensaje de su Hijo, arrastrando a muchas almas al pecado. El escándalo es muy grave, tal y como lo advirtió el propio Cristo. Ejemplos los hay; véase, si no, el órdago lanzado por los sacerdotes austriacos al Vaticano con su famoso manifiesto.

Más de uno podría pensar que Apostasía es una novela del género apocalíptico… Sin embargo la editorial advierte que no lo es, que se trata más bien de una especie de “catecismo práctico”…
Ciertamente que la obra aborda temas que bien pueden ser calificados de apocalípticos; pero no es ese el mensaje principal que el autor quiere transmitir. Su intención es poner al descubierto la maldad que inunda al mundo, así como sus consecuencias. Intenta recordar al hombre que su existencia en esta vida es temporal, y que fue creado para la vida eterna, la que verdaderamente merece la pena. “No amontonéis tesoros aquí en la tierra, donde la polilla y el orín los corroe...” Pero si una cosa debe quedar clara es que el autor está muy lejos de querer transmitir miedo al lector, más bien al contrario. De hecho, la mayoría de los capítulos abordan temas como la doctrina y las enseñanzas de la fe católica, así como los dogmas aprobados por la Iglesia. Ésta es la transmisora de la gracia necesarias para la salvación del alma.

El temor que suscita quizá sea debido a que muchos confunden la palabra “apocalipsis”, que aparece en el subtítulo, con “caos y destrucción”. El Apocalipsis, libro atrayente y desconcertante como pocos, lejos de lo que algunos creen, no significa “destrucción total”. El nombre procede del griego apokalyptein, que significa “quitar el velo”, desvelar, descubrir el misterio que se esconde tras una persona o acontecimiento. Literalmente puede traducirse por “Revelación”. De ahí que, a veces, resulte tan difícil de establecer la frontera entre apocalipsis, desvelar, y profecía. El Apocalipsis es el único libro profético del Nuevo Testamento.

Está muy reciente el paso del huracán Sandy por la costa Este de los Estados Unidos y Canadá. Tildar a los meteorólogos y a las autoridades de provocar el miedo o el pánico entre la población por las advertencias y los consejos difundidos a fin de estar preparados ante su inminente llegada resultaría, cuando menos, de necios; más bien al contrario, dichas advertencias permitieron que los daños que provocó, enormes sin duda, fueran mucho menores, al estar preparada la población para hacerle frente. De no haber sido anunciado, los daños ocasionados, tanto materiales como en vidas humanas, hubieran sido muy superiores.

Por tanto, Apostasía podría describirse como un “catecismo práctico”, sin olvidar que el mejor “Catecismo” que existe es, sin duda, la Biblia; no en vano es palabra de Dios.

Quiero terminar diciendo, a modo de resumen, que por muchos y graves que sean las maldades y los pecados que un hombre haya cometido, debe albergar la agradable certidumbre de que la misericordia de Dios es mayor aún, por ser infinita; y que “un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia”. ¿Alguien necesita una prueba? Lea la parábola del “hijo pródigo”.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Las iglesias “Católicas” que no son Romanas





A cada rato se habla de ellas en alguna parroquia, uno las encuentra en la Internet, o en la guía de teléfonos, o simplemente les pasa por delante conduciendo su auto.
Tienen nombres como Iglesia Católica Tradicional (Traditional Catholic), Iglesia Católica Romana Antigua (Old Roman Catholic), Iglesia Católica Unida (United Catholic), Iglesia Católica Romana del Rito Reformado (Reformed Rite Roman Catholic), Sociedad de San Pío X (Society of St. Pius X), Iglesia Católica Nacional Polaca (Polish National Catholic), Iglesia Católica Independiente (Independent Catholic), Iglesia Católica Libre (Free Catholic), y la lista podría continuar.
Pero, ¿qué iglesias son éstas? ¿Son legítimas?
La respuesta depende de muchísimos factores. En la mayoría de los casos, se trata de iglesias que no están en comunión con el Vaticano o con la diócesis católica romana local. Se encuentran diseminadas por todo el país y por todo el estado de la Florida, especialmente en la Arquidiócesis de Miami y en la Diócesis de Orlando.
Se las califica frecuentemente de iglesias “independientes” o “vagantes”. Muchas de las personas que residen de manera fija en el territorio de una parroquia, están al tanto de que estas iglesias no están vinculadas a la diócesis y, por ello, tampoco con el Vaticano. Pero, ¿qué decir de los miles de visitantes que vienen a la Florida, de las parejas que llegan de otros estados en busca de una iglesia católica o de un sacerdote católico para casarse, o de quienes se establecen aquí, procedentes de rincones del país o del mundo donde tales iglesias no son tan abundantes?
“Las personas que asisten a estas iglesias por error, suelen sentirse sorprendidas y confusas: no son aquello en lo que se proponían participar”, dice Mons. Michael Souckar, Canciller de la Arquidiócesis de Miami, que lleva una lista actualizada de las iglesias “católicas” no vinculadas a la Arquidiócesis. “Estas personas perciben la palabra católica en el sentido de católica romana”.
Sacramentos que no son válidos
El P. Gregory Parkes, Canciller de la Diócesis de Orlando, expresa su temor de que la gente esté asistiendo a estas iglesias sin darse cuenta de que los sacramentos que se ofrecen en ellas pueden ser válidos o lícitos, o no, en dependencia de la situación, de la persona que realice los sacramentos, o incluso de las palabras que se empleen para llevar a cabo el ritual.
“Iglesias como éstas, que aparecen de repente, fueron creadas generalmente por sacerdotes que habían sido válidamente ordenados, y que, por determinada razón, abandonaron la Iglesia Católica Romana o se vieron obligados a salir de ella”, explica el P. Parkes. “No tenemos idea acerca de dónde ha venido esta gente. En algunos casos, se promueven ellos mismos mediante la Internet, sirviéndose de su ordenación como fuente de ganancias… Y esto es un problema”, precisa.
Según una investigación realizada por The Florida Catholic, la Arquidiócesis de Miami y la Diócesis de Orlando parecen tener el mayor número de estas iglesias “vagantes” en la Florida.
Antiguos cismas
En algunos casos, estas iglesias están vinculadas a iglesias organizadas independientes que han existido durante décadas, e incluso siglos, como resultado de cismas dentro de la Iglesia Católica Romana. La Iglesia Católica Antigua (Old Roman Catholic) y la Iglesia Católica Unida (United Catholic Church) surgieron, por ejemplo, del cisma de 1870 sobre la infalibilidad papal en la Sede Utrecht, en los Países Bajos. Los Católicos Tradicionalistas (Traditionalist Catholics) y los vinculados a la Sociedad de San Pío X se separaron de Roma como resultado de los cambios introducidos por el Concilio Vatricano II. Otros rompieron incluso antes, debido a disputas sobre el celibato sacerdotal, o al “gran cisma” del año 1054.
La Iglesia Católica Nacional Polaca (Polish National Catholic Church), fundada en 1897 en Scranton, Pensilvania, es la única iglesia independiente que sostiene actualmente un diálogo oficial con la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, aunque, como las iglesias de rito ortodoxo, sigue estando separada de Roma.
Los líderes de la Iglesia Católica temen que, en algunos casos, estas iglesias “católicas” estén dirigidas por personas que podrían no ser sacerdotes legítimamente ordenados, sino que simplemente se hubieran aprovechado de la posibilidad legal de emplear la palabra “católico” en su título como una manera de atraer a determinados sectores de la población, tales como la comunidad hispana.
“El 90 por ciento de [la población de] los países hispanos es de religión católica, y cerca del 80 por ciento de los que vienen a este país son de religión católica. Pero, con frecuencia, no están al tanto de las diferentes iglesias que existen en los Estados Unidos hasta que no llegan aquí”, explica Ana Navas, asistente administrativa de la Oficina de Ministerio Hispano en la Diócesis de Orlando. “Para ellos, toda iglesia es Católica Romana a menos que alguien les diga lo contrario. Cuando notan por primera vez las diferencias en la manera de efectuar los servicios religiosos, simplemente piensan que ésa es la forma en que se realizan en los Estados Unidos”, señaló. “Que existan todas estas otras iglesias no vinculadas al Vaticano los confunde aún más”.
En algunos casos, dichas iglesias están ubicadas cerca de parroquias diocesanas, o tiene nombres semejantes a los de éstas. Suelen atraer a católicos que han roto con la Iglesia por alguna razón, o que han malinterpretado algunos procedimientos básicos de la Iglesia, tales como las anulaciones matrimoniales. Estas iglesias afirman que la Iglesia Católica Romana es demasiado legalista, y fomentan los mitos que ya existen en este sentido.
Para aumentar aún más la confusión, suelen tener una foto del Papa en el vestíbulo, lo que da la impresión de que están en comunión con Roma.
“Para erigir válidamente una iglesia parroquial en la Diócesis de Orlando, tiene que mediar un decreto de nuestro obispo”, señala el P. Parkes.
No son Católicas Romanas
Aunque tanto el Canciller de Orlando como el de Miami están de acuerdo en que, legalmente, estas iglesias tienen derecho a emplear la palabra “católica” en sus nombres, existe una importante diferencia legal que podría establecerse al emplear el término “Católica Romama”.
Todas las parroquias Católicas Romas legítimas de las diócesis de Orlando y Miami, están incluidas en las listas de los respectivos sitios diocesanos en la Red: www.orlandodiocese.org y www.miamiarch.org.
Se incluyen en estas listas diocesanas de iglesias católicas las iglesias en comunión con Roma que se encuentran bajo la jurisdicción de los obispos del Rito Oriental en los Estados Unidos, tales como las iglesias Maronita, Ucraniana y Bizantina. Estas iglesias están separadas de las de rito Ortodoxo porque aceptan al papa de Roma como jefe de la Iglesia.
En años recientes, el Vaticano y los líderes ortodoxos han hecho algunos progresos hacia la reunificación, pero permanecen en desacuerdo acerca de varias cuestiones.
Mientras muchas de las iglesias “católicas” que no están en comunión con el Vaticano lo declaran abiertamente en sus sitios en la Red, otras son más ambiguas.
“Algunos de los sacramentos que se ofrecen en estas iglesias pueden ser válidos. Otros pueden ser válidos pero ilícitos, puesto que no tienen las facultades de la diócesis. Cada sacramento tendría que ser evaluado individualmente”, concluye en P. Parkes, “para determinar tanto su validez como su licitud”.


Iglesias Católicas no Romanas que están en comunión con Roma

Armenian Catholic Church (eparquías en Nueva York para los Estados Unidos y Canadá)

Syrian Catholic Church (eparquía en Newark, N.J.)

The Maronite Catholic Church (eparquías en Nueva York y San Luis)

The Chaldean Catholic Church (eparquías en Chicago y San Diego)

The Syro-Malabar Catholic Church (eparquía en Chicago)

The Melkite Greek Catholic Church (eparquía en Newton, Mass.)

The Ukrainian Greek Catholic Church (eparquías in Philadelphia; Parma, Ohio; Chicago; y Stamford, Conn.)

The Ruthenian (or Bzyantine) Catholic Church (eparquías en Pittsburgh, Pa.; Parma, Ohio; Passaic, N.J.; y Van Nuys, Calif.)

The Romanian Greek Catholic Church (eparquía en Canton, Ohio)

Iglesias Católicas no Romanas que NO están en comunión con Roma

Traditional

St. Pius X

United Catholic Church

Old Roman

Reformed Roman Rite

Free Catholic

Independent Catholic

American

Polish National*

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL Febronianismo (S XVIII)





El febronianismo fue una doctrina y un poderoso movimiento cristiano establecido por el canónigo alemán de la ciudad de Tréveris (Trier) Johann Nikolaus von Hontheim (quien usaba el pseudónimo Julius Febronius) en el siglo XVIII, que pretendía disminuir la autoridad y los derechos del Papa y aumentar los de los obispos, con el argumento de que la institución que había hecho Jesucristo de la Iglesia no era monárquica.

Febronio perseguía así la reunificación del catolicismo romano con el resto de las ramas del cristianismo y una nacionalización de las iglesias (por lo que su escuela puede ser considerada un equivalente del galicanismo francés). Fue condenado como cismático por la Iglesia Católica.

La piedra que echó a rodar la controversia fue su obra Justini Febronii Juris consulti de Stata Ecclesiæ et legitimâ potestate Romani Pontificis Liber singularis ad reuniendos dissidentes in religione christianos compositus (Bullioni apud Guillelmum Evrardi, 1763), condenada de inmediato por Roma el 5 de febrero de 1764. Luego, en un documento del 21 de mayo, el papa Clemente XIII ordenó su supresión a todos los obispos de Alemania.


Para Febronio, el Papa, aunque tiene derecho a una cierta primacía, está subordinado a la Iglesia universal. Aunque, considerado como el centro de unidad, el Sumo Pontífice puede ser visto como el guardián y campeón de la ley eclesiástica y es capaz de proponer leyes y enviar delegados en asuntos que conciernan a su posición, su soberanía (principatus) sobre la Iglesia no es jurisdiccional, sino de orden y colaboración (ordinis et consociationis). La Iglesia está basada en el episcopado común a todos los obispos, con el Papa en el papel de primero entre sus iguales.

De ello se deduce que el sucesor de Pedro está sujeto a las decisiones de los concilios ecuménicos, en el que los obispos son sus colegas (conjudices) y no simplemente consultores, además de que el Papa no tiene el derecho exclusivo de convocar esas reuniones. Por lo tanto, los decretos de estos concilios generales no necesitan ser confimados por el Papa ni pueden ser alterados por él. Además, las decisiones papales pueden ser apeladas ante el concilio.

Por otro lado, los derechos apropiados por el Papado en materia de apelación, reserva, confirmación, traslado y deposición de obispos pertenecen para el febronianismo a los obispos reunidos en sínodos provinciales.



El misterioso secretario del Papa





Ningún secretario personal había tenido tanta influencia en El Vaticano hasta que llegó el alemán Georg Gänswein (Riedern am Wald, 1956). No hay aparición de Benedicto XVI en la que el sacerdote no esté a su lado. Siempre cerca, siempre atento, siempre pendiente del menor detalle: ayudando al Sumo Pontífice a mantener el equilibrio cuando sube o baja del vehículo papal, colocándole la estola antes de cada ceremonia, continuamente hablándole al oído, controlándole el tiempo en las audiencias privadas y en las entrevistas con la prensa, acompañándolo en sus retiros vacacionales en Castelgandolfo. Todo, absolutamente todo lo que tenga que ver con las actividades personales del Papa pasa por sus manos y por su severa aprobación.

La relación entre el Papa y su “joven” secretario es tan cercana y poderosa, que en más de una ocasión se ha llegado a hacer algún comentario mordaz. “¿No es demasiado estrecha?”, se preguntan unos.

Tiene fama de ser muy devoto, muy severo y… muy guapo. Él se define como “suave en las formas y duro en el fondo”, un hombre para quien la paciencia no es uno de sus fuertes. Pero, ¿quién es en realidad Georg Gänswein? En una insólita entrevista publicada hace unas semanas en la revista dominical XL Semanal del diario español ABC, el “chico bronceado con sotana”, como ha sido calificado por la prensa italiana, habló por primera y quizá por única vez, acerca de la vida que lleva en El Vaticano.

Testigo de excepción de los momentos inmediatos a la elección de Joseph Ratzinger como máximo jerarca de la Iglesia católica, monseñor Gänswein revela: “Yo llegué en el momento en que los cardenales se arrodillaban uno tras otro ante él en la Capilla Sextina y le juraban lealtad y obediencia. Su rostro estaba casi blanco como la nueva sotana y el pileolus que llevaba en la cabeza. Parecía estar enormemente conmovido”.

Para este sacerdote de 51 años, hijo de un herrero de un pueblecito de 450 habitantes en la Selva Negra al que en su juventud le gustaba escuchar a Cat Stevens y Pink Floyd y que odiaba estudiar derecho canónico, aquella experiencia y todo lo que vino los días posteriores fue algo así como “un relámpago, un tsunami”.

Cuando el flamante Pontífice lo invitó a colaborar a su lado en su nueva encomienda, Georg Gänswein asegura que su antecesor en el mismo cargo, monseñor Stanislaus Dziwisz -actual arzobispo de Cracovia-, puso en sus manos un sobre que contenía varios papeles confidenciales y la llave de una vieja caja fuerte de fabricación alemana y le dijo: “Lo único que puedo decirte es que el Papa no puede sentirse nunca ahogado por nada ni por nadie. Cómo conseguirlo es algo que tendrás que descubrir por ti mismo”. Y punto. Esa fue toda su formación dentro de la etiqueta pontificia.

Gänswein dice que la “familia papal” dentro del Palacio Apostólico está compuesta por dos alemanes, un polaco y cuatro italianas que prácticamente no se conocían con anterioridad. “El primer y fundamental paso fue encontrar un modo de vida: la palabra adecuada, el adecuado dar y recibir, el callar, el no callar. En poco tiempo se creó una atmósfera cordial”, apunta. Y revela que en las habitaciones pontificias el idioma que se habla es el italiano, que el Papa “siempre viste de blanco” y que por la tarde se reúne con sus dos secretarios para ver los noticiarios por televisión.

¿Cómo es Joseph Ratzinger en la intimidad? Su secretario responde: “Cualquiera puede ver que el Santo Padre no es una persona demasiado abierta, lanzada, sino más bien reservada. Es, básicamente, un hombre tímido, que transmite cierta sensación de incomodidad, una especie de rechazo, a todo lo que sea demasiado corriente, a la vulgaridad”. ¿Y en el ámbito laboral?: “Es un trabajador enérgico y rápido”.

Monseñor Gänswein platica que aún cuando en un principio lo irritaba, hoy ha aprendido a lidiar con la inquietud que genera en el mundo su agradable apariencia externa. “En realidad no hace daño, además me resulta halagador y no es pecado”, remata.

El poderoso secretario personal es tan misteriosamente cercano a Benedicto XVI, que por primera vez aparece al lado del Papa en varias de las 13 fotografías del Calendario 2008 que publicó recientemente el diario vaticano L’Observatore Romano. Sonriente, unos pasos atrás del Sumo Pontífice, Georg Gänstein también está en la portada de este almanaque que ya puede comprarse a cinco euros en todas las librerías de Roma. Es, aseguran, ‘el verdadero poder tras el trono’. Es el hombre más poderoso del Vaticano. Todo un enigma para muchos.














jueves, 6 de diciembre de 2012

El quietismo (S XVII) Otro católico a la hoguera...






El quietismo fue un movimiento místico surgido en el siglo XVII en el seno de la Iglesia Católica, especialmente en España, Francia e Italia. Fue propuesto por el sacerdote y místico español Miguel de Molinos en su Guía espiritual que desembaraza el alma y la conduce por el interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la paz interior, publicada en 1675.

Enseñaba la pasividad en la vida espiritual y mística, ensalzando las virtudes de la vida contemplativa. Sostenía que el estado de perfección únicamente podía alcanzarse a través de la abolición de la voluntad: es más probable que Dios hable al alma individual cuando ésta se encuentra en un estado de absoluta quietud, sin razonar ni ejercitar cualquiera de sus facultades, siendo su única función aceptar de un modo pasivo lo que Dios esté dispuesto a conceder.

En 1685 Molinos es apresado por la Inquisición, condenado a reclusión perpetua y prohibida su obra por Inocencio XI. Numerosos adeptos cristianos terminaron en las hogueras de la Inquisición. El teólogo y arzobispo de Cambrai Fenelon, su defensor y difusor, fue condenado al exilio por Inocencio XII.


Las primeras escaramuzas con la Inquisición se produjeron en 1678. Las críticas venían especialmente por parte de los jesuitas Gotardo Bell’Uomo y Paolo Segneri. Fruto de ellas es la redacción por Molinos de su Defensa de la contemplación, obra redactada hacia 1679-80 pero que ya no verá la luz. Los ataques de tales jesuitas se incluyeron en el Índice de libros prohibidos de 1681. La Guía espiritual fue denunciada por el cardenal D'Estrées (embajador en Roma del rey de Francia Luis XIV), que anteriormente había sido su amigo.

Miguel de Molinos fue apresado junto con algunos de sus discípulos el 18 de julio de 1685. El proceso fue lento, por la imposibilidad de conseguir pruebas de las presuntas desviaciones doctrinales del sacerdote español a través del examen de su libro. Bajo tortura, Molinos confesó cualquier cosa que le imputaban, por lo que terminó siendo acusado de actos de inmoralidad.1

Se desconoce el contenido de las actas de su absurdo proceso porque funcionarios de la Inquisición las destruyeron un siglo después (a fines del siglo XVIII), para evitar que cayeran en manos de los franceses.

Algunas de las confesiones que extrajeron los inquisidores bajo tortura podrían estar enumeradas en un escrito del obispo de Téano, Giuseppe Maria Giberti, que en 1687 escribió en su Ragguaglio della pessima vita di Michele Molinos:2

    No observaba el ayuno ni viernes ni sábado ni día de vigilia ni de cuaresma, sino que siempre comía carne, y el pez era sólo para aguzarse el apetito, juntamente con la carne. Haber tenido durante dieciocho años continuos comercio con una mujer (ésta también del Santo Oficio, y que cada mañana la hacía comunicar). Que para conseguir la libido, se hacía servir en la mesa y desnudarse a más mujeres desnudas, y otra veces estaba presente para ver mujeres y hombres desnudos entrelazarse juntos y relacionarse. De haber sido más veces sodomizado (acto que él decía que no era pecado porque no estaba escrito en el Decálogo, lo mismo que decía del bestialismo).
    Obispo Giberti (Nápoles), 1687


El Jansenismo (S XVII)





El jansenismo fue un movimiento religioso de la Iglesia católica, principalmente en Europa, de los siglos XVII y posteriores. Su nombre proviene del teólogo y obispo Cornelio Jansenio (1585-1638).

La obra fundamental del jansenismo es el Augustinus, escrito por Jansenio, mas publicado de forma póstuma (Lovaina, 1640) debido a la controversia teológica que hubiera podido generar. Basado en este libro surge un movimiento que se desarrolla en tres ramas: jansenismo teológico, jansenismo moral-espiritual (influyente en el rigorismo moral en los siglos XVIII y XIX) y jansenismo político-antijesuítico-galicanista (considerado como el movimiento mayoritario dentro del jansenismo).


Las discusiones del Concilio de Trento sobre el papel de la libertad y su relación con la gracia divina no habían terminado con la controversia De Auxiliis. Jansenio pensó encontrar en los escritos de Agustín de Hipona una respuesta más satisfactoria. Por eso, elaboró su obra "Augustinus" donde trata tres puntos principalmente:

    Resumen de la controversia Pelagiana
    Negación del estado de naturaleza pura
    Desarrollo de su concepción sobre la noción de "gracia eficaz".

Según consta por el mismo escrito, él pensaba con esto mantenerse dentro de la explicación de la teología de Agustín y colocaba el escrito con sumisión a lo que dictara el Papa.


Jean Duvergier de Hauranne, abad de Saint Cyran, era director espiritual en el monasterio de Port Royal des Champs donde había nacido un movimiento rigorista relacionado con la familia Arnauld: Antoine Arnauld (1612-1694), teólogo de la Sorbona y la abadesa Angélica Arnauld (1591-1666). El "gran Arnauld" es un personaje controvertido que ha merecido fuertes críticas de historiadores como Bremond y por otros es considerado el mejor director espiritual. Era contrario de la Compañía de Jesús y con el seudónimo de Petrus Aurelius había publicado una serie de escritos contra ellos y su supuesta independencia de los obispos.

A Duvergier debe el jansenismo una creciente fama y la publicación y extensión del escrito de Jansenio. Esto le valió la enemistad del cardenal Richelieu, que buscaba apagar toda fuente de discordias en la iglesia francesa. El Papa Urbano VIII prohibió la reimpresión del Augustinus pero el libro se siguió imprimiendo ya que había sido dedicado al cardenal Fernando, infante de España, quien permitió y popularizó la publicación. Incluso en Roma se hizo una edición en 1643. Pero ya varios documentos y la Inquisición habían prohibido el libro. El primero fue la bula In eminenti de Urbano VIII (1642). Luego vino la constitución Cum occasione de Inocencio X (1653) y otra constitución publicada por el Papa Alejandro VII, Ad sacram beati Petri sedem.


Los hermanos Arnauld fueron continuadores de la obra de Duvergier. Antonio Arnauld, enemigo de los jesuitas, se dedicó a propagar las ideas de Jansenio, intentando presentarlas como puro y consecuente agustinismo. Criticó ásperamente la costumbre de la comunión frecuente, añadiendo este aspecto a la devoción de sus seguidores. También institucionalizó el jansenismo ofreciéndole una ascética propia, una modificación propia de los dogmas y los cambios necesarios en la liturgia y en los sacramentos. A Antoine se le unió bien pronto Pierre Nicole que criticó especialmente la formulación de la infalibilidad pontificia y propuso la propia de los jansenistas que es de corte conciliarista.

Angélica Arnauld, su hermana, era religiosa en el monasterio de Port Royal des Champs y luego abadesa. Impuso una férrea vivencia de la regla cisterciense, y tras la muerte de Francisco de Sales, asumió a Duvergier como director espiritual, quien le aconsejó que siguiera el camino de exigencia rígida de la fidelidad a la regla religiosa. Así, el monasterio de Port Royal llegó a ser el centro del jansenismo, donde cada vez se practicaba menos la comunión eucarística.

Desde este monasterio, la doctrina y praxis jansenista se mantenía y se extendía por Francia. Tras años de diversas condenas por parte del Papa, el monasterio fue destruido en 1710 y las monjas que lo habitaban se dispersaron.


La teología propuesta por Jansenio está basada en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. Sin embargo, se vio influida por el desarrollo histórico y las peripecias de sus defensores. Así, en Jansenio encontramos la teología de la gracia, en Arnauld la teología sacramental, en Saint Cyran la disciplina y en Quesnel su unificación con el galicanismo.

En cuanto al tema de la gracia, Jansenio afirma que el estado original es el estado natural del hombre. Un estado de gracia y amistad con Dios, inmortalidad e integridad (verdadera libertad). Adán, en ese estado, era verdaderamente libre y poseía la gracia (el auxilio de Dios) suficiente para evitar el pecado. Sin embargo, la gracia eficaz no sólo es el auxilio para evitar el pecado, sino el auxilio de Dios para hacer el bien. Adán en el Paraíso tenía la gracia suficiente, pero no tenía la gracia eficaz, porque para Jansen la gracia eficaz es siempre vencedora. El que posee la gracia eficaz no puede pecar. Después del pecado el hombre ha perdido la libertad. En el hombre hay una delectatio terrestris (gusto por las cosas de la tierra) invencible. Jansen afirma además que para salir de esa situación después del pecado no basta la gracia suficiente sino que es necesaria la gracia eficaz, es decir, el auxilio sin el cual el hombre no puede no pecar: con la gracia eficaz el hombre se dirige invenciblemente hacia el bien. No basta un auxilio que le dé la posibilidad de no pecar, sino que necesita un auxilio eficaz para no hacerlo. La fe eficaz es absoluta: cambia la delectatio terrestris por una delectatio coelestis: se goza en el bien. La gracia provoca un gusto tan grande por las cosas de Dios que el hombre invenciblemente las hace. Ahora bien, la libertad se mantiene porque la gracia despierta en el hombre la voluntad de hacer el bien. Quien no actúa movido por la gracia eficaz peca infaliblemente.

Así pues, la predestinación es la razón por la que algunos hombres poseen la gracia eficaz y otros no. Dios ha predestinado a unos a la salvación y a otros a la condenación. Según esta doctrina, las obras son buenas o malas. No puede existir la moral probabilista, porque lleva al laxismo.

En relación con los sacramentos es la ascética propia del movimiento la que los aleja progresivamente de su práctica, en especial de la Eucaristía. Esto se fijó con el escrito De la fréquente communion de Arnauld que argumentando desde la praxis penitencial de la Iglesia Antigua invocaba esa práctica para usarla en una serie de condiciones que era necesario cumplir para poder recibir la Reconciliación o la comunión. De ahí también que su rigorismo en materia moral fuera cada vez más extremo.

Las sucesivas condenas por parte de la Sede romana les llevó a sostener posiciones conciliaristas que les llevaron al galicanismo. El movimiento, desde el inicio se mostró enemigo jurado de los jesuitas y por eso, derivó en postura política gracias al apoyo de Blaise Pascal.






miércoles, 5 de diciembre de 2012

Los Unitaristas del S XVI





El unitarismo es una corriente de pensamiento teológico de origen cristiano que afirma la unidad de Dios. En sentido genérico se ha etiquetado así a diversas corrientes que rechazan el dogma de la Trinidad, tales como el adopcionismo, el arrianismo, el servetismo o el socinianismo.

Algunos personajes históricos famosos con creencias unitaristas fueron Arrio, Isaac Newton, John Milton, Miguel Servet, Joseph Priestley, Blanco White, Ralph Waldo Emerson y Frank Lloyd Wright, entre otros. Algunos personajes famosos en la actualidad que están o estuvieron adscritos al unitarismo son o fueron el científico Tim Berners-Lee, el escritor Kurt Vonnegut, el fallecido actor Christopher Reeve y los músicos Pete Seeger y Billy Gibbons, entre otros.


Miguel Servet, médico y teólogo heterodoxo aragonés, criticó la Trinidad en sus libros De Trinitatis Erroribus ("Sobre los errores de la Trinidad", 1531), Dialogorum de Trinitate ("Diálogos sobre la Trinidad", 1532) y Christianismi Restitutio ("Restitución del Cristianismo", 1553), afirmando que esta doctrina carecía de base bíblica y racional. Por defender su propia concepción de Dios, fue perseguido por herejía por la Inquisición y por los protestantes. En Ginebra fue apresado por los seguidores del reformador Juan Calvino y condenado a morir en la hoguera por negar la Trinidad y rechazar el bautismo de niños. La sentencia fue ejecutada el 27 de octubre de 1553.

Servet influyó en varios de sus contemporáneos. El reformador liberal Sebastian Castellio reprochó duramente a Calvino su intolerancia y su fanatismo y proclamó la libertad de conciencia en asuntos de fe, un principio que luego ha sido fundamental en la tradición religiosa unitaria.


En 1933 se divulgó en Estados Unidos un documento llamado Manifiesto Humanista, suscrito por un amplio colectivo de científicos e intelectuales, entre ellos varios líderes unitarios, que significó el inicio de una nueva manera de entender la religión de tipo naturalista, en que conceptos como Dios o la vida después de la muerte biológica dejaban de considerarse centrales. Según los humanistas, la religión debía dejar de especular sobre realidades metafísicas y concentrarse exclusivamente en la transformación del mundo y la mejora moral del ser humano. El humanismo tuvo un impacto notable en las iglesias unitarias del ámbito anglosajón, llegando incluso a ser la corriente mayoritaria en el Unitarismo norteamericano.

Desde mediados del siglo XX, ciertos grupos unitarios norteamericanos iban dejando de ser iglesias exclusivamente cristianas o protestantes para convertirse progresivamente en una iglesia abierta sin credo y cada vez más multiconfesional, que desde 1961 se denomina Unitarismo universalista, ya que en esa fecha los unitarios norteamericanos mas liberales se fusionaron con la Iglesia Universalista de América para fundar la Asociación Unitaria Universalista, cuya sede central se encuentra en Boston. En las últimas décadas, esta tendencia se ha incrementado con la existencia en las Iglesias Unitarias anglosajonas de personas que, además de como unitarios universalistas, se definen también como judíos, budistas, neopaganos o de otras religiones.

En 1995 se constituyó el Consejo Internacional de Unitarios y Universalistas (ICUU) para coordinar las diversas Iglesias y asociaciones Unitarias Universalistas del mundo. Actualmente se calcula que hay unos 800.000 unitarios universalistas en unos 25 países del mundo, principalmente en Estados Unidos, Rumania, Hungría, Canadá y Gran Bretaña, y de forma muy minoritaria en otros países.


Las iglesias unitarias tienen su origen en la Reforma Protestante, por lo que muchas de sus tradiciones y celebraciones reflejan este legado cultural. Sin embargo, una de las características principales de esta tradición religiosa es su enorme variedad y su tendencia a la experimentación y a la innovación.
Servicios de culto

Los servicios de culto regulares tienen lugar tradicionalmente en domingo por la mañana. Son encuentros habitualmente semanales, aunque los grupos más pequeños pueden optar por reunirse de forma quincenal o mensual. Es el momento en que toda la congregación se reúne en pleno para celebrar su fe en comunidad.

Los servicios suelen comenzar con una pieza musical mientras los asistentes toman asiento y centran sus pensamientos en el acto que van a compartir. Desde los años 60 del siglo pasado, es cada vez más frecuente que el ministro o un miembro de la congregación encienda una llama en un gran cáliz o copa mientras recita unas palabras relativas a la fe que comparten todos los asistentes (que generalmente son distintas en cada sesión, sin seguir ninguna norma fija). La imagen de un cáliz en el que arde una llama se ha convertido en las últimas décadas en el símbolo de identificación más común entre los grupos unitaristas en todo el mundo y suele utilizarse también como logotipo en sus páginas web y en sus publicaciones. Otros símbolos unitaristas son una paloma blanca sobre una roca (iglesias de Hungría y Transilvania), unos girasoles (iglesia Unitaria checa) o una runa germánica (unitarios alemanes).

Tras la lectura de las comunicaciones de los distintos comités, grupos de discusión y meditación, u otras actividades de estudio, amistad y ocio vinculadas a la vida cotidiana de la congregación, el servicio de culto continúa con la lectura de textos religiosos o filosóficos. También suele haber cánticos (generalmente de la tradición cristiana protestante, aunque cada vez se publican más himnos exclusivamente unitaristas). También suelen realizarse actos para los más pequeños, que luego son conducidos por sus monitores a las aulas donde se imparte formación religiosa para niños y jóvenes.

El núcleo de la celebración es habitualmente el sermón, o exposición oral del ministro o del líder laico que dirige el servicio religioso. En ocasiones, sobre todo si la congregación es poco numerosa, se abre un periodo de debate entre los asistentes sobre las ideas presentadas por el ministro en su sermón.
Ritos y ceremonias

En las iglesias unitarias se celebran habitualmente ceremonias de bautismo (en las que tienen una mayor influencia cristiana) o de bendición de los niños, así como bodas, funerales y otras. En general, la confirmación es una ceremonia que sólo se celebra en las iglesias de cultura húngara. Estos actos no suelen estar restringidos a los miembros de la congregación, sino que pueden solicitarse también por parte de otras personas. En sociedades multiculturales como Estados Unidos y Canadá son muchas las parejas de dos tradiciones religiosas distintas que deciden casarse en una iglesia unitaria debido a su carácter ecuménico y plural. Asimismo muchas iglesias unitarias de Occidente celebran regularmente y con normalidad uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo.
La comunión en las iglesias unitarias

El rito de la comunión es característico de la tradición cristiana y, como tal, se lleva a cabo en las iglesias unitarias, aunque de forma y frecuencia irregular, y en algunas congregaciones (principalmente de Estados Unidos y Canadá) ha dejado de realizarse de forma casi total.

Los unitarios de cultura húngara comulgan bajo las dos especies (pan y vino), como ritual conmemorativo de la Última Cena de Jesús. Los unitarios creen que es un acto simbólico y rechazan conceptos como la transubstanciación. La comunión se celebra al menos cuatro veces al año (Navidad, Pascua, Pentecostés y el Día de Acción de Gracias). También puede celebrarse la comunión en ocasiones extraordinarias, como una reunión del Sínodo, la celebración del aniversario de una iglesia, etc.

En las iglesias de cultura anglosajona, la comunión se celebra regularmente en las congregaciones que se identifican con la tradición cristiana (por ejemplo, en la histórica King's Chapel de Boston), mientras que en otros grupos sólo se hace de forma irregular o incluso experimental (por ejemplo, compartiendo otros tipos de alimentos en lugar de pan y vino), según el criterio de cada congregación.
Celebraciones experimentales

Las congregaciones unitarias más innovadoras son proclives a organizar en ocasiones celebraciones poco ortodoxas, en las que se puede utilizar el teatro, la danza y otras expresiones artísticas en sustitución del sermón habitual.

Asimismo las iglesias unitarias han desarrollado rituales originales propios, como la Comunión de las Flores, creada por el pastor Norbert Čapek de Checoslovaquia. Estas celebraciones novedosas son un signo de la progresiva diferenciación de las iglesias unitarias respecto a los oficios religiosos de otras confesiones de origen protestante.

Asimismo es relativamente frecuente la celebración de festividades específicas de otras religiones, como la Hanukkah judía, ceremonias budistas, Shinto, etcétera. En Estados Unidos se percibe también una influencia creciente del neopaganismo y las religiones nativas americanas. Esta pluralidad se percibe de forma ambivalente, en ocasiones como riqueza en la diversidad y en otras ocasiones como desvirtuación de las esencias del unitarismo. Así han aparecido recientemente escisiones que disienten del exceso de pluralismo y sincretismo que perciben en el Unitarismo moderno, generalmente reivindicando un regreso a sus raíces cristianas y teístas. Un ejemplo de ello es la Conferencia Unitaria Americana (AUC)


Por antonomasia se designa como unitarismo, unitarianismo, o iglesia unitaria al movimiento religioso liberal, pluralista y sin dogmas ni creencias obligatorios representado internacionalmente en el Consejo Internacional de Unitarios y Universalistas (ICUU). En los Estados Unidos este movimiento se conoce como Unitarismo universalista tras la fusión en 1961 entre la Asociación Unitaria Americana y la Iglesia Universalista.

Hay algunos grupos de carácter minoritario que pertenecen a la misma tradición que el resto de iglesias unitarias pero no son miembros del ICUU, como la Asociación Unitaria Americana y algunas iglesias locales en Europa, como las de Berlín y Frankfurt (Main) o la Asociación Unitaria de Noruega, que o bien discrepan de la orientación liberalizadora de la mayoría de grupos unitaristas, o simplemente prefieren mantener su plena independencia organizativa.

No se denominan unitarios, aunque sí comparten una teología no trinitaria, otros grupos centrados en la Biblia, como los Testigos de Jehová. Los "unitaristas bíblicos" se distinguen del unitarismo liberal moderno y del Unitarismo universalista por su orientación evangélica. Otra iglesia reformada de teología unitarista es la de los Cristadelfianos. Estas iglesias combinan el rechazo de la doctrina de la Trinidad (con distintas variantes) con formas de culto evangélicas y una interpretación literal y, en ocasiones, incluso fundamentalista de los textos bíblicos, lo que las distingue muy claramente de la Iglesia Unitaria moderna, que siempre ha sido proclive al liberalismo teológico. Difieren de los protestantes y otros grupos evangélicos en su cristología y en su apreciación de los demás grupos.

Los pentecostales del nombre de Jesucristo con su teología de la Unicidad de Dios no pueden ser clasificados como unitarios, pues ellos confiesan la absoluta Deidad de Jesus, al considerarlo Dios mismo (el Padre) manifestado en carne y al aceptar su nacimiento virginal, estando emparentados más bien con el trinitarismo de corte sabeliano o modalista. El unitarismo clásico es de carácter generalmente racionalista y, por tanto, alejado de las manifestaciones emocionales y carismáticas típicas de los grupos pentecostales.

Por otro lado, iglesias de origen cristiano orientadas a la salud y el bienestar personal y a alcanzar la autorrealización espiritual, como Unity y otras corrientes del movimiento llamado Nuevo Pensamiento, también recibieron influencias del pensamiento teológico unitarista y recurren frecuentemente a los textos de pensadores trascendentalistas como el unitario Ralph Waldo Emerson.







Los Luteranos (S XVI) No será demasiado llamarlos herejes?





El luteranismo es un movimiento religioso cristiano protestante fundado institucionalmente por el monje alemán Martín Lutero (1483-1546). Se considera la fecha del 31 de octubre de 1517 como el día de nacimiento de esta rama del cristianismo, en la que se colocaron las 95 tesis sobre la eficacia de las indulgencias en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos en Wittenberg, Alemania. El luteranismo cree en Jesucristo como su fundador espiritual, Dios uno y trino (Santa Trinidad), es decir: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. La interpretación bíblica que tuvo de que Dios no justifica a los hombres por sus obras buenas, sino más bien por su fe proporciona a Lutero la base fundamental de su pensamiento.

El pensamiento de Lutero se basa en el concepto de la justificación por la fe, que negaba cualquier teoría romana/ortodoxa respecto a los méritos personales aplicables a la salvación, la mediación de los santos y la veneración de las imágenes. Denunció la venta de indulgencias y la obtención de los perdones a cambio de bienes, así como la venta de cargos eclesiásticos.

El luteranismo rechaza la primacía y autoridad romana del papado como institución divina. Niega la tradición dogmática de la existencia del purgatorio. El movimiento protestante iniciado por Lutero afirma el valor único de las Escrituras y la supremacía de la fe en Jesucristo. Lutero desarrolla la doctrina del Sacerdocio Universal, en donde afirma que las Escrituras pueden ser entendidas por todos los creyentes y que cada uno puede examinarlas libremente gracias a la creación de la imprenta. Según Lutero, todos los creyentes son sacerdotes en virtud de los sacrificios espirituales de un corazón arrepentido en oración.

En sentido estricto, no se puede hablar de una sola Iglesia luterana, pues son varias las iglesias o subramas que surgen del movimiento luterano. Actualmente una rama del luteranismo está empezando a incorporarse progresivamente al evangelismo, mientras que el movimiento Neoluterano (emparentado con la tradición de la High Church anglicana) se acerca al catolicismo.


Las ideas básicas de la teología luterana, que suelen concordar en su gran mayoría con la fe evangélica, se sintetizan en cuatro fórmulas latinas:

    1. Solo Cristo : El único fundamento de la fe es Jesús. "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (1 Corintios 3:11). "Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5)

    2. Sola gratia (La Gracia sola):Cristo es el único que puede justificarnos. Las obras, incluidos los ritos eclesiales y cualquier otro tipo de esfuerzo humano, no son la causa de la salvación del hombre. Cristo murió por nosotros y a través de Él, por medio de la fe, somos salvos, para que nadie crea que fue salvo por su propio mérito, ni para que se glorifique de sus propias obras. Por lo tanto, la salvación es obra de la sola gracia de Dios.(Efesios 2:8-10)

    3.Sola Scriptura (sólo la Escritura): La única fuente de revelación y norma de vida son las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento.

    4.Sola fide (sólo la fe): La fe es lo único que, mediante la gracia de Dios, nos salva. Ninguna obra puede salvarnos, sino sólo la fe. Dice el apóstol Pablo: "Porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." (Romanos 1:16-17)

Es importante señalar que la doctrina del luteranismo es esencialmente distinta del catolicismo romano y que guarda algunas diferencias con el actual movimiento evangélico.

    1. Sacramentos: Para los luteranos Cristo instituyó dos sacramentos: el Santo Bautismo y la Eucaristía o Santa Cena (con una concepción distinta a la del catolicismo, la Unión Sacramental).

    2. Imágenes: En contra de lo que normalmente se puede pensar, los luteranos, si bien no son tan afines a la imaginería religiosa como los católicos romanos, sí permiten las imágenes como medio de enseñanza.

    3. Liturgia: Los luteranos tienen una liturgia histórica proveniente de la Misa pre-tridentina y en casi todos los casos es más conservadora que la católica romana. En algunos casos, no obstante, se puede apreciar cierta similitud en los cultos o reuniones con las formas contemporáneas de las iglesias evangélicas de hoy en día.

    4. Vestimentas y costumbres: En contraposición con el catolicismo y en total concordancia con el evangelicalismo, los pastores o ministros pueden contraer matrimonio, pueden ejercer actividades económicas lucrativas en favor propio o de la iglesia. Una característica que se conserva del catolicismo es la vestimenta que emplean los líderes espirituales, que es parecida a la de la Iglesia Católica.





Los Calvinistas (S XVI)




El calvinismo (a veces llamado tradición Reformada, la fe Reformada o teología Reformada) es un sistema teológico protestante y un enfoque de la vida cristiana que pone el énfasis en la autoridad de Dios sobre todas las cosas. Esta vertiente del Cristianismo Protestante fue desarrollada por el reformador religioso francés del siglo XVI Juan Calvino.

Debido a la gran influencia y al papel de Juan Calvino en los debates confesionales y eclesiásticos del siglo XVII, la tradición llegó a conocerse con el nombre de calvinismo. Hoy en día, el término designa también las doctrinas y prácticas de las iglesias Reformadas.


Juan Calvino influyó notablemente en el desarrollo de las doctrinas de la Reforma Protestante. A los 25 años, en 1534, empezó la primera edición de su obra Institución de la Religión Cristiana, que se publicó en 1536. Esta obra, que fue revisada en diversas ocasiones durante su vida, además de la numerosa colección de cartas pastorales y comentarios bíblicos, constituyen la fuente de la repercusión que ha tenido sobre todas las denominaciones del Protestantismo a lo largo de su historia.

El crecimiento de las Iglesias Reformadas y calvinistas pertenece a la segunda fase de la Reforma Protestante. Tras la excomunión de Martín Lutero por la Iglesia Católica Romana, Calvino se refugió en Ginebra. Había firmado la confesión de Augsburgo en 1540, pero su repercusión fue más notable en la Reforma Suiza, la cual no era luterana, sino que se basaba en las enseñanzas de Ulrico Zuinglio. La enseñanza y la doctrina protestantes estaban evolucionando de manera independiente a Martín Lutero, bajo la influencia de muchos escritores y reformadores, entre los que destacaba Calvino.

En el siglo XVI, el calvinismo se extendió por los Países Bajos y algunas regiones limítrofes de Alemania, por Francia, Inglaterra, Hungría, Lituania y Polonia. La emigración a norteamérica llevó el calvinismo al Atlántico Medio de Estados Unidos y a Nueva Inglaterra, donde la mayor parte de lo colonos fueron calvinistas. Incluían a los puritanos ingleses, los hugonotes franceses, los colonos holandeses de la Nueva Ámsterdam, y a los escoceses presbiterianos de los Montes Apalaches. Los colonos neerlandeses calvinistas fueron los primeros europeos que colonizaron África del Sur. Fueron conocidos posteriormente como bóeres o afrikáneres.

Numerosos teólogos no necesariamente relacionados con las Iglesias Reformadas han contribuido a desarrollar la cosmovisión calvinista como se le conoce hoy en día. Entre ellos se cuentan el teólogo danés Francisco Gomarus; John Knox, el fundador de la iglesia presbiteriana; John Bunyan un predicador bautista, autor del best seller cristiano El Progreso del Peregrino, y el teólogo norteamericano Jonathan Edwards, uno de los principales protagonistas durante el resurgimiento espiritual denominado Primer Gran Avivamiento en los Estados Unidos a mediados del siglo XVIII.


La gracia soberana

El calvinismo enfatiza en la depravación de la naturaleza moral humana hacia la necesidad de la gracia soberana de Dios en la salvación. La Biblia (Romanos 3:10-12) enseña que las personas son completamente incapaces de seguir a Dios o escapar de la condenación delante de él y que solamente por intervención divina drástica, en la cual Dios, cambiando la naturaleza misma del creyente (nuevo nacimiento), quitando el corazón de piedra y poniendo uno de carne, pueden las personas ser convertidas de rebelión a obediencia voluntaria.

Desde este punto de vista, todas las personas dependen enteramente de la misericordia de Dios, a quien le sería justo el condenarlos a todos por sus pecados, mas ha escogido ser misericordioso con muchos para dar gloria a su propio nombre. Una persona es salvada mientras que otra es condenada, no por causa de la voluntad, fe o alguna otra virtud en la persona, sino por causa de la elección soberana de Dios para tener misericordia de él. Aunque la persona debe actuar para creer y ser salvo, esta obediencia de fe es el regalo de Dios según el calvinismo, y por esto Dios completa la salvación de pecadores.


"La vida es religión"

El sistema teológico y las teorías prácticas de la iglesia, familia y vida política, todas (ambiguamente) llamadas "calvinismo," son el crecimiento de una conciencia religiosa fundamental que está centrada en la soberanía de Dios. En principio, la doctrina de Dios tiene un lugar preeminente en cada categoría teológica, incluyendo el entendimiento calvinista de cómo una persona debe vivir. El calvinismo presupone que la bondad y el poder de Dios tienen un libre e ilimitado alcance de actividad, y eso trabaja como una convicción de que Dios está obrando en todos los aspectos de existencia, incluyendo los aspectos espirituales, físicos e intelectuales, ya sea secular o sagrado, público o privado, en la tierra o en el cielo.

Según este punto de vista, el plan de Dios se trabaja en cada evento. Dios es visto como el creador, preservador y gobernador de todo. Esto produce una actitud de dependencia absoluta de Dios, la cual no se identifica solamente con actos temporales de piedad (por ejemplo, la oración); sino que es un amplio patrón de vida que, en principio, se aplica tanto a cada obra trivial como a tomar la comunión. Para el cristiano calvinista, toda la vida es religión cristiana. Al calvinismo también se le atribuye una doctrina basada en la radicalización del luteranismo, impuesto en el siglo XVI.


Los cinco puntos del calvinismo

La teología calvinista es identificada en la mente popular como los "cinco puntos del calvinismo," que son un resumen de los juicios (o cánones) presentados por el Sínodo de Dort y que fueron publicados como una respuesta detallada (punto por punto) a los cinco puntos de la Protesta Arminiana. Calvino mismo nunca usó tal modelo, y nunca combatió el Arminianismo directamente. Estos puntos, pues, funcionan como un resumen de las diferencias entre el Calvinismo y el Arminianismo, pero no como una suma completa de los escritos de Calvino o de la teología de las iglesias reformadas en general. La aserción central de estos cánones es que Dios es capaz de salvar a cada persona por quien él tenga misericordia y que sus esfuerzos no son frustrados por la injusticia o la inhabilidad del hombre.

Los cinco puntos del calvinismo son:
Depravación total
Expiación limitada
Gracia irresistible
Perseverancia de los santos
Elección incondicional






Antinomismo (S XVI)


El antinomismo (Del griego άντί, "contra", y νόμος, "ley") es, propiamente, un movimiento cristiano del siglo XVI considerado herético que defendía que la fe lo llenaba todo y era lo único necesario, y que como la ley de Moisés era inútil para la salvación, es indiferente que un creyente "persevere en pecado para que la gracia abunde" (En contradicción con Romanos 6:1-2)

Propagada esta doctrina por su fundador Johannes Agricola quien comenzó a desarrollar sus doctrinas en el año 1537, hallándose en Wittenberg como profesor, por lo cual a sus partidarios se les conoce también con el nombre de los reformadores de Wittenberg. Aquí fue donde tuvo controversias con Lutero y Melanchton, huyendo luego a Berlín donde escribió una retractación.

El antinomianismo como doctrina sin movimiento afín apareció en los siglos I y II, y después esporádicamente. Generalmente se asocia a el gnosticismo y, al parecer, está presente también en el neognosticismo de Nueva Era.


El antinomianismo como doctrina sin movimiento afín apareció en los siglos I y II, y después esporádicamente. Generalmente se asocia a el gnosticismo y, al parecer, está presente también en el neognosticismo de Nueva Era.

Se apela a Romanos 7:6, pero sin tener en cuenta Romanos 3:8, 1Corintios 6:9-19,10:23-24 y Galatas 5:1-13.

Se refiere entonces a la práctica (no bíblica según los demás cristianos), de vivir sin la debida consideración de la rectitud de Dios, emplear la gracia de Dios como si fuera una licencia para pecar y confiar en la gracia para ser limpio del pecado sin condiciones. En otras palabras, ya que la gracia es infinita y somos salvos por gracia, entonces para el antinomianismo podemos pecar cuanto queramos y aún ser salvos. Para los opositores al antinomianismo, esta idea es errónea porque, aunque los cristianos no están bajo la Ley (Romanos 6:14), son llamados a cumplir la ley del amor (Romanos 13:8,10; Galatas 5:14,6:2). El cristiano debe amar a Dios con todo su corazón, alma, fuerza y mente, y a su prójimo como a sí mismo (Lucas 10:27). Precisamente en estos pasajes neotestamentarios radica el fundamento contrario al de los antinomianistas.

Pablo parece referirse precisamente a la interperetación del antinomianismo en Romanos 6:1-2:

    "Qué, pues, diremos? "¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? "De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún en él?".

Lo que significa para el creyente cristiano, no usar la gracia de Dios como una excusa para pecar, sino para ser controlados por el amor de Dios y de esta forma traer el fruto del Espíritu Santo Galatas 5:22-25.


El término es totalmente aplicable de manera genérica a todas aquellas tendencias dentro del Cristianismo que consideran de manera muy particular la relación equitativa entre las prácticas pecaminosas con la sobreabundancia de la Gracia, como algo siempre favorable a la segunda por aquella premisa paulina de "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (cf. Romanos 5:20).

Ejemplos claros de dichas tendencias van más allá del ámbito de las Iglesias Cristianas y encuentran raíces muy profundas entre los fariseos del Judaísmo de la época herodiana y ya dentro del propio cristianismo en el Gnosticismo y el Pelagianismo.

No es descabellado afirmar que existen tendencias afines al antinominanismo dentro de cada una de las diversas confesiones que componen el complejo entramado de las Iglesias que conforman el Mundo Cristiano en los tiempos modernos y en la propia era contempóranea, aunque resulte totalmente comprensible que ninguna denominación cristiana sea capaz de reconocer sus prácticas o las de sus propios miembros como afines de dicho movimiento.


                                                                  Johannes Agricola


Los Moravitas.





La Hermandad de Moravia, también conocida como Hermandad Bohemia, Hermandad Morava, Hermanos Moravos o Unitas fratrum, son una serie de iglesias protestantes fundadas a través del movimiento husita de Jan Hus que se inició en el siglo XV en Bohemia (ahora República Checa). En la actualidad, las iglesias moravianas se encuentran repartidas especialmente en Estados Unidos y, en menor medida, en el Reino Unido. Actualmente suman cerca 825 000 fieles.

El movimiento que vendría a llamarse Iglesia o Hermandad de Moravia comenzó a finales del siglo XIV, de la mano de un sacerdote llamado Jan Hus. La iglesia se autodenominaría Cristiana, pero no católica, pues Hus quiso alejarse de lo que sentía como una corrupción en la iglesia, y pretendía volver en la práctica religiosa a las raíces del Cristianismo, las cuales, creía, eran más puras. Esto consistía en: que la liturgia fuera en el lenguaje del pueblo, que los cristianos laicos recibieran la comunión tanto en pan como en vino, y la eliminación de las indulgencias y la idea del purgatorio.

El movimiento se ganó el apoyo real y adquirió cierta independencia de la Iglesia de Roma durante un tiempo, extendiéndose hasta Polonia, aunque, finalmente, tuvo que someterse a la dirección de Roma. Una facción de los seguidores de Hus llegaron a un trato con Roma que les permitía llevar a cabo sus ritos y doctrinas, aunque reconociendo la supeditación a la Iglesia Católica. Se llamó a éstos los Utraquistas, o moderados. El resto de los husitas, los taboritas, continuaron alejados de la Iglesia Católica, y unos cincuenta años después de la muerte de Hus, en 1457, habían formado Unitas Fratum o la Hermandad Bohemia en Kunvald, Bohemia. Este grupo mantuvo una teología husita que acabó incorporando ideas luteranas, aunque manteniendo la jerarquía episcopal (incluso durante su persecución).

Los moravianos fueron de los primeros grupos protestantes, rebelándose contra la autoridad de Roma casi cien años antes que Martín Lutero. Quizá uno de los aspectos más inusuales (dada la época) de estos primeros moravianos sea su defensa de una educación universal. Era también frecuente que la hermandad fuera protegida por nobles locales que querían desmarcarse de la Viena de los Habsburgo.

Durante la Guerra de los treinta años (1618–1648), la cual devastó Europa central y el Sacro Imperio Romano Germánico, la hermandad fue severamente perseguida por nobles que se oponían a la reforma. Como resultado de esto, los moravianos se vieron obligados a actuar de forma clandestina, trasladándose, eventualmente, a otras regiones eslavas, germánicas, llegando incluso a los Países bajos, donde el obispo Comenio trató de dirigir su resurgimiento.

Debido a la Contrarreforma de la Iglesa católica, en 1620,después de haber sido abandonados y traicionados por la nobleza local, se ofreció un ultimátum a todos los protestantes. Debían elegir entre abandonar las tierras dominadas por el catolicismo, o practicar su fe de forma clandestina. En esta época los husitas ya se habían dispersado por todo el norte de Europa, estando las mayores comunidades en Lissa (Polonia), y en pequeños grupos aislados en Moravia.


Nicolaus Ludwig von Zinzendorf fue un conde nacido en Dresde Sajonia, en 1700, al este de la actual Alemania. Zinzendorf fue educado en la tradición del Pietismo de Philip Jacob Spener y August Hermann Francke y estudió leyes, de acuerdo con los deseos de su familia. Sin embargo su interés fue perseguir sus ideales religiosos. En 1722 abandonó la corte de Dresde y se trasladó a sus fincas de Berthelsdorf, donde quería establecer un modelo de comunidad cristiana. Allí, Zinzendorf accedió a la petición de un carpintero llamado Christian David, el cual le pidió que permitiera a los protestantes perseguidos de Moravia asentarse en sus tierras, entre ellos, aquellos de la hermandad que habían estado viviendo clandestinamente desde la época de Comenio.

En 1722, los refugiados establecieron un nuevo poblado, Herrnhut, a unos tres Km de Berthelsdorf. El poblado fue estable al principio, pero 1727, por desacuerdos religiosos, se dividió en dos facciones beligerantes. Zinzendorf, en agosto de 1727, tras ser al parecer visitado por el Espíritu santo en una experiencia similar a la del día de Pentecostés, empleó una mezcla de autoridad feudal y carisma, forzando una fuerte transformación en la comunidad.

El renacimiento de Herrnhut se vio acompañado de diversas profecías, visiones, glosolalia y curaciones. El pueblo creció rápidamente después de esta transformación, convirtiéndose en el centro de un movimiento mayor de renovación cristiana durante el siglo XVIII.

Anabaptismo (S XVI)




El nombre anabaptista o anabautista proviene del idioma griego y se refiere a "rebautizar" o "bautizar de nuevo" (ανα- hacer de nuevo y βαπτιζω- bautizar). Dicho nombre les fue impuesto a los anabaptistas por sus detractores, pues los primeros consideran inválido el bautismo infantil. Los anabaptistas abogan por el bautismo de creyentes (de acuerdo con su interpretación de Marcos 16:16), adultos, pues por una parte consideran que los niños son salvos (según Mateo 18:2-4) y por otra parte consideran al bautismo como símbolo de fe, la cual no manifiesta un bebé.


Los cristianos acusados de haber bautizado a otra persona por segunda vez ya eran condenados en el Código de Justiniano (Título VI) y se estableció la pena de muerte contra ellos, la cual se aplicó en variadas ocasiones durante la Edad Media y luego en la época de la Reforma Protestante.

Los actuales anabaptistas surgieron como vertiente del cristianismo de la Reforma en el siglo XVI, en Suiza, Austria, Alemania y Holanda.

En esa época había distintas expresiones del anabaptismo:


  •     La revolucionaria, originada en la predicación y bautismos de adultos realizados por el tejedor Nicolás Storch y sus compañeros Tomás Dreshel y Marcos Stübner. Tuvo como defensor absoluto y destacado a Thomas Müntzer, que participó en la lucha de los campesinos contra los terratenientes feudales.



  •     La extremista, que protagonizó el levantamiento en la ciudad de Münster, encabezada por Jan Matthys y Juan de Leiden, y propiciada por la predicación de Melchior Hofman.



  •     La unitaria, representada por la personalidad de Miguel Servet, por los Hermanos Polacos en Polonia, y por Ferenc Dávid y las iglesias unitarias de Hungría y Transilvania.



  •     La pacifista trinitaria, que surgió primero en 1525 en Zürich, bajo el liderazgo de Conrad Grebel en oposición a Zwinglio, y se extendió luego a Austria, Alemania, Holanda y Polonia, donde otros líderes, como Michael Sattler, Pilgram Marbeck, Baltasar Hubmaier, Hans Denk, Jacob Hutter, Ulrich Stadler, Dirck Philips y Menno Simons, lograron consolidar pequeñas iglesias siempre sometidas a intensa persecución, tanto por católicos, como por protestantes y anglicanos.
Aparte de compartir las principales doctrinas de la Reforma, como la definición de la Biblia como única regla infalible de fe, inspirada indudablemente por el Espíritu Santo; la aceptación de Jesucristo como único mediador; el sacerdocio de todos los creyentes y la presencia del Espíritu Santo y sus dones en cada cristiano; y el rechazo de la creencia en la transubstanciación durante la misa y de ésta como sacrificio; defienden la idea de que los cristianos convencidos, bautizados, deben vivir libres de la esclavitud del mundo, amar a los enemigos, abstenerse de toda violencia, y solidarizarse materialmente con los pobres, sin apelar a las relaciones con el estado para conseguir prebendas.
El anabaptismo puede definirse en tres puntos principales:
  1. Un concepto de la esencia del cristianismo como discipulado.
  2. La Iglesia como fraternidad.
  3. Una ética y moralidad basada en el Sermón del monte.
Por eso, insisten en la importancia de la comunidad de fe para la oración, la mutua corrección fraterna, mutua ayuda material, ser una comunidad establecida voluntariamente y el Cuerpo de Cristo que se celebra en la Eucaristía.
Rechazan enérgicamente las persecuciones y guerras religiosas y consideran un crimen la ejecución de cualquier persona por sus creencias. Su norma fue y sigue siendo “Libertad religiosa para todos los hombres para vivir la fe de su elección o ninguna”.


La investigación sobre los orígenes de los anabaptistas se ha viciado, tanto por las calumnias de sus enemigos como por las vindicaciones de sus amigos. Fue muy habitual colocar juntos, tanto a los anabaptistas de Munster como a los anabaptistas radicales relacionados con los profetas Zwickau, Jan Matthys, Juan de Leiden (también llamado Bockelson van Leiden, Jan de Leyden) y Thomas Müntzer. Aquellos que desean corregir este error tienden a sobre-corregir y negar todas las conexiones entre el principal movimiento anabaptista y su rama más radical.

La era moderna de la historiografía anabaptista surgió de la labor del estudioso católico romano Carl Adolf Cornelius con la publicación de Die Geschichte des Münsterischen Aufruhrs («La historia de los disturbios de Münster») en 1855. El historiador baptista Albert Henry Newman (1852-1933), de quien Bender dijo que ocupaba “la primera posición en el campo de la historiografía de la América anabaptista”, hizo una contribución importante con su obra Historia de la lucha contra el paidobaptismo (esto es, contra el bautismo de niños). Aunque existe un gran número de teorías referidas a los orígenes del anabaptismo, las tres principales son:

    Los anabaptistas comenzaron con una sola expresión en Zúrich, y se propagaron desde allí;
    Los anabaptistas surgieron a partir de varios movimientos independientes en varios lugares a la vez; y
    Los anabaptistas son una continuación del cristianismo del Nuevo Testamento (o sucesión apostólica perpetua de la Iglesia).

En la actualidad hay en el mundo más de 2 millones de anabautistas de las denominaciones menonita, huterita, amish y la Iglesia de los Hermanos.




lunes, 3 de diciembre de 2012

Lolardos o wyclifistas (SXIV)






El movimiento lolardo o wyclifista fue un movimiento político y religioso de finales del siglo XIV e inicios del siglo XV en Inglaterra, generalmente identificado como un precursor de la Reforma. Sus objetivos principales eran precisamente la reforma de la Iglesia. Los orígenes del movimiento lolardo (Lollardy) o wyclifista se encuentra en las enseñanzas de John Wyclif (de ahí el nombre de esta corriente), un teólogo prominente de la Universidad de Oxford hacia 1350.

Entre sus principales doctrinas estaba aquella que propugnaba que la devoción era un requerimento para que un sacerdote fuera de "verdad" un sacerdote o para que llevara a cabo los sacramentos debidamente, y que el laico devoto tenía la facultad de ejecutar los mismos ritos, creyendo que el poder religioso y la autoridad resultaban de la devoción y no de la jerarquía eclesiástica. Enseñaban que la Iglesia cristiana era la "Iglesia de los salvados", queriendo dar a entender que la verdadera Iglesia de Cristo estaba constituida por la comunidad de los fieles, que tenía mucho en común con la Iglesia oficial, pero que no era lo mismo. Enseñaban además una cierta forma de predestinación. Buscaban también eliminar las leyes que limitaban el salario de los campesinos y se llegaron a asaltar posesiones nobiliarias e Iglesias, a las que se achacaba el mantenimiento de una estructura social concreta. Abogaban por la pobreza apostólica y la tasación de las propiedades de la Iglesia. Negaban la doctrina romana de la transubstanciación favoreciendo por ello la doctrina de la consubstanciación en la Eucaristía. El movimiento fue declarado oficialmente herejía en el concilio de Constanza en el año 1415.

A pesar de no ser conocido el origen del término, se ha propuesto la hipótesis de derivarla del término en latín lolium ("tara" o "hierba dañina"). Si es cierto, esto debería haber sido una referencia ofensiva para calificarlos de herejía contra la Iglesia cristiana, como las hierbas dañinas que surgen en medio del grano en la parábola de Jesús. Otra hipótesis, mucho más probable, es que venga del nombre de Valter Lollard, un predicador neerlandés valdense que fue martirizado a manos de los partidarios de la Iglesia de Roma en la primera mitad del siglo XIV.

El Dulcianismo (S XIII)





Dulcino (1250-1307), conocido también como Fray Dulcino o Dulcino de Novara (en italiano Dolcino da Novara), fue un líder religioso italiano, continuador del milenarismo de Gerardo Segarelli y fundador de la secta de los Hermanos Apostólicos (en italiano Fraticelli Apostolici) o dulcinitas.
Predicó la proximidad del fin de los tiempos y el descenso del Espíritu sobre los apostólicos. El papa Clemente V decretó contra él y sus seguidores una cruzada, durante la cual fue capturado, torturado y quemado vivo.


No se conoce con exactitud el lugar de nacimiento de Dulcino, cuyo verdadero nombre era al parecer Davide Tornielli. Se cree que nació en la provincia italiana de Novara, perteneciente al Piamonte. Según la inquisición de Bernardo Gui, era hijo ilegítimo de un cura, que huyó a Vercelli tras ser condenado por ladrón, para unirse a la secta de Segarelli, ese "mendigo loco y sodomita", donde se dedicaban a los robos y al sexo libre. Sin embargo, la mayoría de las fuentes coinciden en apuntarle como hijo de una rica familia, predicador competente y carismático, con buen conocimiento de la Biblia, y que cursó, desde joven, estudios eclesiásticos.

A la muerte de Segarelli, Dulcino se convirtió en cabeza de los Hermanos Apostólicos, y en 1303 emigró con sus seguidores a las montañas del Trentino, cerca del Lago de Garda, donde conoció a Margherita di Trento, hija de la condesa Oderica di Arco, que a partir de entonces fue su compañera.

En 1304, los dulcinitas atravesaron las montañas lombardas hasta Valsesia, donde su número se incrementó con siervos que huían de los dominios de los obispos de Novara y Vercelli.

La secta fundada por Dulcino contó en su apogeo con un número máximo de entre cinco mil y diez mil adherentes. El papa Clemente V despachó desde Aviñón una cruzada contra los dulcinitas, concediendo a quienes participaran en ella una indulgencia plenaria. Las tropas fueron dirigidas por el obispo de Vercelli, Raniero.

Los dulcinitas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas. Cuando fueron derrotados, durante la Semana Santa del año 1307, la mayoría de los Hermanos Apostólicos fueron pasados por las armas inmediatamente, pero el propio Dulcino, su compañera Margherita y su lugarteniente Longino di Bérgamo fueron capturados para su posterior juicio por la Inquisición. Los dos últimos fueron condenados y quemados en la hoguera en Biella en junio de 1307, y Dulcino fue obligado a presenciar sus suplicios, oportunidad en que mostró una entereza notable, según las memorias de la época. En julio del mismo año Dulcino fue torturado y quemado vivo en Vercelli, sorprendiendo a público y verdugos por su templanza ante los tormentos.


Es difícil distinguir sus verdaderas ideas de las acusaciones que se le dirigieron con motivo de la cruzada ordenada por la Santa Sede, entonces radicada en Aviñón. Anunció un inminente fin de los tiempos, en el cual el orden y la paz serían restablecidos. Criticó a la Iglesia por la acumulación de riquezas y predicó la austeridad.

Las bases de sus ideas eran:

    La oposición a la jerarquía eclesiástica y el retorno de la iglesia a sus ideales originales de pobreza y humildad.
    La oposición al sistema feudal.
    La liberación de los hombres de cualquier restricción.
    La organización de una sociedad igualitaria, de ayuda y respeto mutuos, basada en la propiedad comunitaria y en la igualdad de sexos.

Por estas ideas, fue considerado uno de los reformadores de la iglesia, y uno de los fundadores de los ideales de la Revolución francesa, e incluso del anarquismo y del socialismo.

Según Dulcino, la historia de la humanidad constaba de cuatro períodos:

    El del Antiguo Testamento, caracterizado por la multiplicación del género humano.
    El de Jesucristo y los Apóstoles, caracterizado por la castidad y pobreza.
    El iniciado por el emperador Constantino y el papa Silvestre I, caracterizado por una decadencia de la Iglesia a causa de la acumulación de riquezas y ambiciones.
    El de los apostólicos, caracterizado por el modo de vivir austero, en pobreza y castidad, que se prolongaría hasta el fin de los tiempos.

Dulcino dejó escritas sus ideas en una serie de cartas enviadas a los Apostólicos entre el 1300 y el 1307, de las cuales al menos tres fueron compiladas por Bernardo Gui en su De secta illorum qui dicunt esse de ordine Apostolorum.


Friedrich Nietzsche exaltó la figura de Dulcino como prototipo del Übermensch (superhombre o suprahombre), imaginándolo "dulce y despiadado, por encima de toda miserable moral, el individuo capaz de colocarse más allá del bien y del mal"[cita requerida].

Umberto Eco menciona a Dulcino frecuentemente en su novela El nombre de la rosa. El diálogo entre el narrador, Adso y su maestro, Guillermo de Baskerville, cuenta la historia de Dulcino, pero dejando gran parte a la imaginación del lector.



sábado, 1 de diciembre de 2012

Los Templarios no eran herejes: la iglesia los rehabilita siete siglos después... UN POCO TARDE NO





El anuncio que hizo ayer el Vaticano de publicar "Processus contra templarios", con las actas del proceso de la Inquisición contra esta orden, a principios del siglo XIV, ha devuelto protagonismo a los Caballeros del Templo, su supuesta existencia a ctual en la clandestinidad y su ulitmatum a Benedicto XVI poco después de ser elegido para que la Iglesia los rehabilitara antes del séptimo centenario de su proceso, que se cumple este 13 de octubre.

Precisamente, el historiador medievalista Franco Cardini, que participará en la presentación de las 799 fieles y exclusivas reproducciones de las actas del proceso, ha declarado al diario La Stampa que "la prerrogativa del papa (Clemente V) era la de disolver la orden, pero nunca la condenó" y añadió que el documento sobre el que se basa el volumen, el "Foglio di Chinon", "testimonia que el Pontífice no la consideraba herética". Agregó que las condenas por herejía de la época "se fundan en las confesiones de algunos templarios, de las que después se retractaron". Cardini precisó que, por ese motivo, se les consideró reincidentes "en el error por el que habían sido procesados y condenados".

Es decir, que Cardini -de forma indirecta- cumple la exigencia del Temple clandestino diez días antes de que cumpla su ultimatum a la Santa Sede.

Cardini publicará también estos días el libro "La tradizione templare" (La tradición templaria). Según el diario “La Stampa,” el libro de Cardini "rehace la historia de la Orden (templaria), sin descuidar las reconstrucciones de 'El Código Da Vinci'", el reciente éxito editorial, donde los misterios de estos caballeros medievales son parte del argumento.

La localidad de Soveria Mannelli, en la región de Calabria, acogerá un congreso donde historiadores y entendidos expondrán los avances en sus investigaciones sobre esta orden.

ACTAS ÍNTEGRAS DEL 'PROCESSUS'

El próximo 25 de octubre se presentará en la antigua Aula del Sínodo, en el Vaticano, "Processus contra Templarios", una obra del Archivo Secreto Vaticano dedicada a los templarios, la orden medieval de carácter religioso y militar, fundada en Jerusalén en 1118 y suprimida por el pontífice Clemente V en 1312.

Según un comunicado hecho público ayer por la tarde, se trata de "una edición inédita y exclusiva de las actas integrales del antiguo proceso a los Caballeros del Templo. Este proyecto, único en el mundo, es una edición limitada a 799 ejemplares, que contiene la reproducción fiel de los originales en pergamino que se conservan en el Archivo Secreto Vaticano". La obra se enmarca en la serie "Exemplaria Praetiosa" (Ejemeplares Preciosos).

Participarán en la presentación el arzobispo Raffaele Farina, S.D.B., Archivero y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, el obispo Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, y expertos como el historiador Franco Cardini y el arqueólogo y escritor Valerio Massimo Manfredi. Cardini adelanta que la edición limitada del volumen "contiene los últimos documentos publicados sobre el asunto, con el pergamino original", que una investigadora de los Archivos Secretos Vaticanos encontró en 2001.

Existe la idea no confirmada de que los templarios habrían solicitado a Benedicto XVI tras su coronación que se revisara su condena, se pidiera perdón por la injusticia, y se les rehabilitara en el seno de la Iglesia. El rumor añadía que en caso contrario, el Temple clandestino daría a conocer secretos que harían tambalearse al Vaticano.

La publicación de las actas del proceso por parte del Vaticano puede entenderse como una forma de asumir las presuntas irregularidades que se cometieron en su condena. Habrá que ver qué es exactamente lo que se publica. Y de qué forma es presentado.

¿SERÁN REHABILITADOS?

En mayo de 2006 la Santa Sede aseguró que era falsa una supuesta carta del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, en la que se reconocería una Orden del Temple de la que formarían parte nuevos Templarios. El falso documento había circulado en los últimos meses en Alemania y asegura el reconocimiento vaticano de esta nueva orden de caballeros que en alemán lleva el nombre de «Templerorden». Por este motivo, la Santa Sede ha recibido numerosas consultas.

La respuesta ha llegado con nota publicada el 21 de mayo por «L'Osservatore Romano» en la edición diaria italiana en la que se afirma que «esta carta es falsa». «Como es sabido, el antiguo Orden del Temple (Templarios) fue suprimido por el pontífice Clemente V (1305-1314) y nunca fue restaurado por ningún otro sucesor suyo», explica la Santa Sede.

Por lo que se refiere a las órdenes de caballería, la nota vaticana confirma que «la Santa Sede, además de las propias órdenes ecuestres, reconoce y tutela sólo a la Soberana Orden Militar de Malta --la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta-- y la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén».

PELIGRO GNÓSTICO

El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio en la misa que abría una sesión de la reciente conferencia del episcopado latinoamericano en Aparecida en mayo pasado, hizo referencias directas a la tentación actual de la iglesia hacia la gnosis, y recomendó vivamente recorrer el camino contrario. Los gnósticos fueron los primeros movimientos heterodoxos apartados de la construcción de la rama principal y ortodoxa del cristianismo. El gnosticismo ha impregnado todas las sociedades secretas y esotéricas occidentales desde los Rosacruces a los Illuminati, tuvo una influencia nunca delimitada del todo en los templarios, y constituye la columna central de la masonería, la G de sus símbolos.

Con él concelebraban el cardenal Julio Terrazas Sandoval C.SS.R., arzobispo de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), y el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima (Perú), del Opus Dei.

La homilía sólo ha sido resumida parcialmente por las agencias católicas de noticias y la página oficial de la Conferencia recoge un resumen aún menor en el que ha desaparecido toda mención a la gnosis. Pero el purpurado porteño señaló que el Espíritu Santo, -que el Señor promete antes de irse-, libra a la Iglesia “de la suficiencia del propio conocimiento que la lleva a la gnosis” y la envía a evangelizar. “Cuando venga el Espíritu -agregó- nos abrirá camino. El primer camino que nos abre es hacia el misterio. Nos va llevando a esa sapiencialidad cognoscitiva que destruye toda pretensión gnóstica de la Iglesia. Para que su pueblo, su Iglesia sea una Iglesia adoradora, orante”. Tras afirmar que es el Espíritu Santo quien “empuja a la Iglesia”, el arzobispo de Buenos Aires precisó que además “la proyecta hacia las periferias, no solo geográficas, ni las del mundo conocido, ni la cultura, sino las existenciales. El Espíritu nos conduce hacia toda periferia humana. ¡Tantas periferias que debemos evangelizar!”

“Este Espíritu -dijo el cardenal Bergoglio- es el creador de la diversidad de la Iglesia, de los carismas que se van suscitando. La va haciendo lo más diversa posible y amasa la unidad en la armonía. Esto nos promete Jesús: este Espíritu”. El Espíritu Santo, precisó, “nos libra de la suficiencia del propio conocimiento que nos lleva a la gnosis. Espíritu que nos libra de ser una Iglesia autorreferencial”.

En la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe el cardenal jesuita argentino Bergoglio fue Presidente de la Comisión de Redacción del documento final.-