miércoles, 9 de enero de 2013

Obispos anglicanos se oponen a que los reyes británicos se puedan casar con católicos




Obispos de la comunión anglicana en Gran Bretaña se han hecho eco de la inquietud manifestada por el Príncipe Carlos ante la inminente reforma de las normas que rigen la sucesión al trono británico. La preocupación se refiere a la parte menos conocida del proyecto de ley. A los monarcas se les permitirá casarse con cónyuges católicos, lo cual podría llevar a que sus hijos fueran educados en la fe católica; en tal caso quedarían incapacitados para reinar, ya que se mantiene la obligación de que los monarcas sean anglicanos.


El Parlamento británico deberá aprobar en los próximos meses una propuesta que elimina la preferencia masculina en la sucesión al trono británico.
El Ejecutivo que preside David Cameron quiere que la histórica reforma constitucional esté ya en vigor cuando nazca el primer hijo –o hija– del Príncipe Guillermo y la Duquesa Catalina, previsto para el mes de junio próximo, por lo que se espera que su tramitación parlamentaria sea rápida. Los británicos podrán así celebrar el nacimiento del tercer Windsor en la línea sucesoria –detrás de su abuelo, el Príncipe Carlos, y de su padre, Guillermo– sea cual sea el sexo del bebé.

Prohibición de un monarca católico

Pero, además, el texto presentado por el Gobierno pondrá fin, en parte, a 312 años de discriminación a los católicos, desde que el Act of Settlement de 1701 introdujo en el entramado constitucional de las islas la prohibición al heredero al trono y los miembros «senior» de la Familia Real casarse con un católico. La reforma del conjunto de leyes y normas, muchas de ellas del siglo XVII y XVIII, que rigen el estatus de la Corona británica mantendrá, eso sí, la prohibición de que el monarca sea católico.
El Rey (o Reina) de Inglaterra es además la máxima autoridad eclesiástica, en calidad de Gobernador Supremo, de la Iglesia anglicana. ¿Qué pasaría si un bisnieto de Carlos, destinado a acceder al trono, fuese educado en el catolicismo? Esta es la pregunta que preocupa enormemente a los líderes de la Iglesia de Inglaterra.

Preocupación anglicana

Según testimonios recogidos este martes por varios diarios británicos, a varios prelados anglicanos les preocupa que abrir la puerta a matrimonios con católicos dentro de la línea sucesoria puede generar «confusión» en torno a la consolidada tradición de que el monarca sea además un miembro de la fe anglicana. «Debe haber mucho más debate y consultas sobre las propuestas [de reforma] para evitar consecuencias no intencionadas para la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica», asegura el ex arzobispo de Canterbury, Lord Carey, a «The Daily Mail».
La constitución no escrita británica es clara en que el monarca debe ser miembro de la iglesia anglicana, pero no especifica si debe además ser educado en esta fe . La posibilidad que abre la reforma en curso de que los bisnietos de Isabel II –porque no tendrá efectos retroactivos– se casen con católicos abre el debate sobre si los seguidores de la doctrina del Vaticano están obligados a educar a sus hijos en el catolicismo.
El arzobispo de Canterbury saliente, Rowan Williams, se refirió con contundencia a esta cuestión en una entrevista en Radio Vaticano el pasado diciembre: «Mientras el monarca sea Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra, debe haber un consenso claro de que el heredero debe ser educado en ese ambiente» .
Los interlocutores en el Gobierno ya contestaron que la cuestión podría ser objeto de ulteriores «negociaciones con el Vaticano», una respuesta nada tranquilizadora. Se da la circunstancia de que la Iglesia Católica admite las bodas de católicos con miembros de otras confesiones religiosas siempre que se comprometan a educar a los hijos en la fe católica
Por su parte, Tim Stevens, arzobispo de Leicester y líder anglicano en la Cámara de los Lores (los 26 obispos anglicanos son miembros de la segunda cámara), ha advertido que se opondrán a la reforma en su trámite parlamentario: «Si el heredero al trono es educado como católico y, según las normas actuales de la Iglesia Católica, no puede estar en comunión con la Iglesia de Inglaterra, estaría de hecho incapacitado para ser Gobernador Supremo de la Iglesia anglicana , por lo que es una cuestión mucho más compleja de lo que parece a primera vista», asegura.



domingo, 6 de enero de 2013

Protestantes alemanes pretenden que el Papa retire la excomunión al heresiarca Lutero




Margot Kässman, obispa de la Iglesia Evangélica Alemana, ha expresado en una entrevista publicada en el «Mannheimer Morgen» que espera que Benedicto XVI revoque la excomunión que decretó León X en enero de 1521 sobre el fundador del protestantismo. Kässman desempeña desde abril de 2012 el cargo de «embajadora de Lutero» para el Jubileo de 2017, que conmemorará el quinto centenario del inicio de la reforma protestante el 31 de octubre de 1517.


(Protestante Digital/InfoCatólica) Para Margot Kässmann ha llegado el momento de la eliminar esta arista entre católicos y protestantes y que se produzca un «gesto de buena voluntad». Que ya vayan a ser cinco los siglos que dura la excomunión de Lutero no es en sí mismo un obstáculo para Kässmann ya que tampoco «en 1984, nadie previó la caída del Muro de Berlín» y ocurrió.
La representante de la EKD utiliza varios argumentos para fundamentar su petición, como por ejemplo que muchas comisiones ecuménicas han concluido que la excomunión a Martín Lutero «es teológicamente injustificable», y el valor simbólico positivo de retirar esta bula.
Otro que menciona es que supuestamente también lo piden muchos católicos, aunque como ejemplo pone al teólogo Hans Küng, que ha mostrado reiteradamente posiciones doctrinales contrarias al Magisterio de la Iglesia.
Asimismo, para Kässmann, el diálogo ecuménico y el hecho de que católicos y protestantes asistan juntos a diferentes ceremonias con cada vez mayor frecuencia es otro motivo suficiente para que se produzca este gesto de reconciliación entre católicos y protestantes.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Toda una lumbrera: Un genocida.




¿Hay que tolerar a los herejes? , se pregunta Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica (art 3 de la cuestión 11 Parte II-IIae). Y el santo católico, patrón de las universidades y centros de estudio católicos, responde sin dudar: "por parte de la Iglesia está la misericordia en favor de la conversión de los que yerran, y por eso no se les condena, sin más, sino después de una primera y segunda am
onestación (Tit 3,10), como enseña el Apóstol. Pero después de esto, si sigue todavía pertinaz, la Iglesia, sin esperanza ya de su conversión, mira por la salvación de los demás, y los separa de sí por sentencia de excomunión. Y aún va más allá relajándolos al juicio secular para su exterminio del mundo con la muerte". Y justifica el exterminio de herejes diciendo "es mucho más grave corromper la fe, vida del alma, que falsificar moneda con que se sustenta la vida temporal. Por eso, si quienes falsifican moneda, u otro tipo de malhechores, justamente son entregados, sin más, a la muerte por los príncipes seculares, con mayor razón los herejes convictos de herejía podrían no solamente ser excomulgados, sino también entregados con toda justicia a la pena de muerte.".


"Lumbrera de la Iglesia y del mundo entero", así hablaba el Papa Pablo VI en una carta apostólica de 1972 para referirse a Tomás de Aquino, ese ideólogo del exterminio de disidentes.


La Suma Teológica y su autor, continúan a la fecha siendo pilares de las enseñanzas impartidas por la iglesia católica en sus establecimientos educativos.

jueves, 13 de diciembre de 2012

«En los Últimos Tiempos la Iglesia pasará por una dolorosa purificación»





En octubre pasado vio la luz un libro que se ha convertido en su poco tiempo de andadura en el mercado en todo en éxito editorial: Apostasía. ¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis?  (Ediciones De Buena Tinta). Su autor, Thomas S. Crown, ha concedido una entrevista en exclusiva a Religión en Libertad.

En Apostasía Ud. advierte sobre los graves peligros que se ciernen sobre la Humanidad. ¿A cuáles se refiere?
En la obra no hay nada inventado, fuera del relato vivido por sus protagonistas. Todo lo demás está basado en la Biblia, el Catecismo de la Iglesia Católica y los mensajes marianos transmitidos a lo largo de los últimos siglos. Los peligros a los que el hombre se enfrenta son los propios de quienes han abandonado a Dios, aferrándose a ídolos mundanos. Dichos acontecimientos ya fueron anunciados en el pasado por los profetas, así como recogidos en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis de san Juan.

Lo que estamos viviendo es sólo la consecuencia de un mundo que vive de espaldas a Dios. Estaríamos hablando, por ejemplo, de un nuevo orden mundial con una religión universal, la cual prometería alcanzar la felicidad aquí en la Tierra; así como la llegada de un falso mesías. No es difícil admitir que tales acontecimientos encontrarían un terreno abonado para su implantación.

Algunos advierten que estos acontecimientos apocalípticos son inminentes...
Los acontecimientos anunciados como inminentes no significa, necesariamente, que tengan que suceder la semana que viene, dentro de un mes o el año próximo, pues el tiempo del Cielo no es el de la Tierra. Más aún, si yo, o cualquier otro, señalara fechas, estaría faltando a la verdad, pues “el día y la hora nadie la sabe, sólo el Padre...”.

En las apariciones marianas hay amenazas de castigos...
Hay que aclarar que una madre no amenaza con castigos a sus hijos sin más, sino que lo hace por amor hacia ellos, advirtiéndoles de los peligros a los que están expuestos para que rectifiquen y se salven. Ella, la Virgen, además, no se contenta sólo con advertir, sino que ofrece los medios para superar y vencer la apostasía, el rechazo de Dios que estamos viviendo. Dichos medios no son otros que la oración, especialmente el Santo Rosario, su oración favorita; así como sacrificarnos por los demás y frecuentar los sacramentos. Ella pide por todos: por el Papa, que está siendo acosado por los partidarios del Mal; también por los sacerdotes; pide también que oremos por los pecadores y los alejados de la Iglesia, para que todos se conviertan y se salven.

Sin embargo, muchos viven atemorizados...
No es miedo lo que debe infundirnos todo esto, sino un cambio profundo en nuestras vidas, volviendo la mirada a Dios y poniendo en práctica sus consejos. No resultará fácil, pues la Iglesia pasará por una dolorosa purificación como la descrita en el libro Apostasía. La crisis por la que estamos atravesando no es tanto una crisis económica, que sin duda lo es, como de valores y de fe, causa y origen de la primera. No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor para constatarlo.


¿La presencia y gravedad de estos peligros en la sociedad actual es un signo de que estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? ¿Cuáles son según las Sagradas Escrituras esos signos anunciadores del fin del mundo?
Los acontecimientos que estamos viviendo parecen confirmarlo. Debo, sin embargo, hacer una aclaración que considero de importancia capital: no debemos confundir “Últimos tiempos” con el “Fin del mundo”, cosa que muchos hacen.

En cuanto a la segunda pregunta, ¿quién mejor que el propio Cristo para responderla?: “De la higuera aprended la parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mt. 24, 32-33). La Virgen en sus apariciones ofrece respuestas. Yo me quedo con una conclusión llena de esperanza, los castigos anunciados están condicionados: “Pero si el hombre cambia...”. Por tanto, si permanecemos fieles y unidos a la Iglesia de Cristo en el amor, nada debemos temer pues “quien a Dios tiene, nada le falta”. “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Hace algún tiempo Juan Manuel de Prada dedicó uno de sus programas de Lágrimas en la lluvia a un tema poco tratado: el milenarismo. ¿Qué opina Ud. de esto?
Sin hacer mención expresa, el milenarismo aparece reflejado en Apostasía. El milenarismo cristiano habla de mil años de reinado de Cristo, durante los cuales Satanás permanecerá encadenado en el Abismo. Después será soltado por un tiempo para atormentar al mundo, a fin de que éste perezca con él. Al final de dicho milenio vendría una época turbulenta, en la que parecerá que la Iglesia fundada por Cristo está a punto de desaparecer (tiempos que podríamos estar ya viviendo y que coincidiría con el dado a Satanás para reinar en el mundo). Él ofuscará la mente de jueces, políticos y gobernantes para que dicten leyes injustas. Después tendrá lugar la Parusía, la Segunda Venida de Cristo a la Tierra, pero esta vez con todo su esplendor.

En los primeros siglos del cristianismo se esperaba esta Segunda Venida Gloriosa como algo inminente, de tal forma que muchos cristianos eludían sus compromisos temporales, adoptando una postura pasiva. Los padres de la Iglesia se vieron obligados a alertar sobre este error. Por eso la Iglesia enseña que lo importante no es conocer cuándo llegarán los Últimos tiempos o la Parusía, sino permanecer en la virtud y alejarnos del pecado, mientras se trabaja dando a conocer el mensaje de Cristo, no solo de palabra sino, sobre todo, viviéndolo intensamente en primera persona.

El propio Cristo hace alusión a estos tiempos: “Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.

¿En qué consiste propiamente la apostasía? ¿Es un fenómeno presente sólo en la sociedad o es también algo presente en la Iglesia?
Apostasía es el rechazo consciente e intencionado a Dios. Dice el apóstol san Pablo en la segunda carta a los tesalonicenses: “No os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.

En cuanto a la segunda parte: si respondo que la sociedad forma parte de la Iglesia, y ésta, a su vez, de la sociedad, quedaría respondida la pregunta. Si quienes forman la Iglesia: papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas, laicos... se apartan del Evangelio, entonces podríamos decir como recogen los textos sagrados: “Si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?” Para abundar en la respuesta decir que en diversas apariciones marianas aprobadas por la Iglesia Católica, bien de forma explícita, bien tácitamente, la Virgen pide por todos sus hijos, pero muy especialmente por los sacerdotes cuya vida dicta mucho del mensaje de su Hijo, arrastrando a muchas almas al pecado. El escándalo es muy grave, tal y como lo advirtió el propio Cristo. Ejemplos los hay; véase, si no, el órdago lanzado por los sacerdotes austriacos al Vaticano con su famoso manifiesto.

Más de uno podría pensar que Apostasía es una novela del género apocalíptico… Sin embargo la editorial advierte que no lo es, que se trata más bien de una especie de “catecismo práctico”…
Ciertamente que la obra aborda temas que bien pueden ser calificados de apocalípticos; pero no es ese el mensaje principal que el autor quiere transmitir. Su intención es poner al descubierto la maldad que inunda al mundo, así como sus consecuencias. Intenta recordar al hombre que su existencia en esta vida es temporal, y que fue creado para la vida eterna, la que verdaderamente merece la pena. “No amontonéis tesoros aquí en la tierra, donde la polilla y el orín los corroe...” Pero si una cosa debe quedar clara es que el autor está muy lejos de querer transmitir miedo al lector, más bien al contrario. De hecho, la mayoría de los capítulos abordan temas como la doctrina y las enseñanzas de la fe católica, así como los dogmas aprobados por la Iglesia. Ésta es la transmisora de la gracia necesarias para la salvación del alma.

El temor que suscita quizá sea debido a que muchos confunden la palabra “apocalipsis”, que aparece en el subtítulo, con “caos y destrucción”. El Apocalipsis, libro atrayente y desconcertante como pocos, lejos de lo que algunos creen, no significa “destrucción total”. El nombre procede del griego apokalyptein, que significa “quitar el velo”, desvelar, descubrir el misterio que se esconde tras una persona o acontecimiento. Literalmente puede traducirse por “Revelación”. De ahí que, a veces, resulte tan difícil de establecer la frontera entre apocalipsis, desvelar, y profecía. El Apocalipsis es el único libro profético del Nuevo Testamento.

Está muy reciente el paso del huracán Sandy por la costa Este de los Estados Unidos y Canadá. Tildar a los meteorólogos y a las autoridades de provocar el miedo o el pánico entre la población por las advertencias y los consejos difundidos a fin de estar preparados ante su inminente llegada resultaría, cuando menos, de necios; más bien al contrario, dichas advertencias permitieron que los daños que provocó, enormes sin duda, fueran mucho menores, al estar preparada la población para hacerle frente. De no haber sido anunciado, los daños ocasionados, tanto materiales como en vidas humanas, hubieran sido muy superiores.

Por tanto, Apostasía podría describirse como un “catecismo práctico”, sin olvidar que el mejor “Catecismo” que existe es, sin duda, la Biblia; no en vano es palabra de Dios.

Quiero terminar diciendo, a modo de resumen, que por muchos y graves que sean las maldades y los pecados que un hombre haya cometido, debe albergar la agradable certidumbre de que la misericordia de Dios es mayor aún, por ser infinita; y que “un corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia”. ¿Alguien necesita una prueba? Lea la parábola del “hijo pródigo”.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Las iglesias “Católicas” que no son Romanas





A cada rato se habla de ellas en alguna parroquia, uno las encuentra en la Internet, o en la guía de teléfonos, o simplemente les pasa por delante conduciendo su auto.
Tienen nombres como Iglesia Católica Tradicional (Traditional Catholic), Iglesia Católica Romana Antigua (Old Roman Catholic), Iglesia Católica Unida (United Catholic), Iglesia Católica Romana del Rito Reformado (Reformed Rite Roman Catholic), Sociedad de San Pío X (Society of St. Pius X), Iglesia Católica Nacional Polaca (Polish National Catholic), Iglesia Católica Independiente (Independent Catholic), Iglesia Católica Libre (Free Catholic), y la lista podría continuar.
Pero, ¿qué iglesias son éstas? ¿Son legítimas?
La respuesta depende de muchísimos factores. En la mayoría de los casos, se trata de iglesias que no están en comunión con el Vaticano o con la diócesis católica romana local. Se encuentran diseminadas por todo el país y por todo el estado de la Florida, especialmente en la Arquidiócesis de Miami y en la Diócesis de Orlando.
Se las califica frecuentemente de iglesias “independientes” o “vagantes”. Muchas de las personas que residen de manera fija en el territorio de una parroquia, están al tanto de que estas iglesias no están vinculadas a la diócesis y, por ello, tampoco con el Vaticano. Pero, ¿qué decir de los miles de visitantes que vienen a la Florida, de las parejas que llegan de otros estados en busca de una iglesia católica o de un sacerdote católico para casarse, o de quienes se establecen aquí, procedentes de rincones del país o del mundo donde tales iglesias no son tan abundantes?
“Las personas que asisten a estas iglesias por error, suelen sentirse sorprendidas y confusas: no son aquello en lo que se proponían participar”, dice Mons. Michael Souckar, Canciller de la Arquidiócesis de Miami, que lleva una lista actualizada de las iglesias “católicas” no vinculadas a la Arquidiócesis. “Estas personas perciben la palabra católica en el sentido de católica romana”.
Sacramentos que no son válidos
El P. Gregory Parkes, Canciller de la Diócesis de Orlando, expresa su temor de que la gente esté asistiendo a estas iglesias sin darse cuenta de que los sacramentos que se ofrecen en ellas pueden ser válidos o lícitos, o no, en dependencia de la situación, de la persona que realice los sacramentos, o incluso de las palabras que se empleen para llevar a cabo el ritual.
“Iglesias como éstas, que aparecen de repente, fueron creadas generalmente por sacerdotes que habían sido válidamente ordenados, y que, por determinada razón, abandonaron la Iglesia Católica Romana o se vieron obligados a salir de ella”, explica el P. Parkes. “No tenemos idea acerca de dónde ha venido esta gente. En algunos casos, se promueven ellos mismos mediante la Internet, sirviéndose de su ordenación como fuente de ganancias… Y esto es un problema”, precisa.
Según una investigación realizada por The Florida Catholic, la Arquidiócesis de Miami y la Diócesis de Orlando parecen tener el mayor número de estas iglesias “vagantes” en la Florida.
Antiguos cismas
En algunos casos, estas iglesias están vinculadas a iglesias organizadas independientes que han existido durante décadas, e incluso siglos, como resultado de cismas dentro de la Iglesia Católica Romana. La Iglesia Católica Antigua (Old Roman Catholic) y la Iglesia Católica Unida (United Catholic Church) surgieron, por ejemplo, del cisma de 1870 sobre la infalibilidad papal en la Sede Utrecht, en los Países Bajos. Los Católicos Tradicionalistas (Traditionalist Catholics) y los vinculados a la Sociedad de San Pío X se separaron de Roma como resultado de los cambios introducidos por el Concilio Vatricano II. Otros rompieron incluso antes, debido a disputas sobre el celibato sacerdotal, o al “gran cisma” del año 1054.
La Iglesia Católica Nacional Polaca (Polish National Catholic Church), fundada en 1897 en Scranton, Pensilvania, es la única iglesia independiente que sostiene actualmente un diálogo oficial con la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, aunque, como las iglesias de rito ortodoxo, sigue estando separada de Roma.
Los líderes de la Iglesia Católica temen que, en algunos casos, estas iglesias “católicas” estén dirigidas por personas que podrían no ser sacerdotes legítimamente ordenados, sino que simplemente se hubieran aprovechado de la posibilidad legal de emplear la palabra “católico” en su título como una manera de atraer a determinados sectores de la población, tales como la comunidad hispana.
“El 90 por ciento de [la población de] los países hispanos es de religión católica, y cerca del 80 por ciento de los que vienen a este país son de religión católica. Pero, con frecuencia, no están al tanto de las diferentes iglesias que existen en los Estados Unidos hasta que no llegan aquí”, explica Ana Navas, asistente administrativa de la Oficina de Ministerio Hispano en la Diócesis de Orlando. “Para ellos, toda iglesia es Católica Romana a menos que alguien les diga lo contrario. Cuando notan por primera vez las diferencias en la manera de efectuar los servicios religiosos, simplemente piensan que ésa es la forma en que se realizan en los Estados Unidos”, señaló. “Que existan todas estas otras iglesias no vinculadas al Vaticano los confunde aún más”.
En algunos casos, dichas iglesias están ubicadas cerca de parroquias diocesanas, o tiene nombres semejantes a los de éstas. Suelen atraer a católicos que han roto con la Iglesia por alguna razón, o que han malinterpretado algunos procedimientos básicos de la Iglesia, tales como las anulaciones matrimoniales. Estas iglesias afirman que la Iglesia Católica Romana es demasiado legalista, y fomentan los mitos que ya existen en este sentido.
Para aumentar aún más la confusión, suelen tener una foto del Papa en el vestíbulo, lo que da la impresión de que están en comunión con Roma.
“Para erigir válidamente una iglesia parroquial en la Diócesis de Orlando, tiene que mediar un decreto de nuestro obispo”, señala el P. Parkes.
No son Católicas Romanas
Aunque tanto el Canciller de Orlando como el de Miami están de acuerdo en que, legalmente, estas iglesias tienen derecho a emplear la palabra “católica” en sus nombres, existe una importante diferencia legal que podría establecerse al emplear el término “Católica Romama”.
Todas las parroquias Católicas Romas legítimas de las diócesis de Orlando y Miami, están incluidas en las listas de los respectivos sitios diocesanos en la Red: www.orlandodiocese.org y www.miamiarch.org.
Se incluyen en estas listas diocesanas de iglesias católicas las iglesias en comunión con Roma que se encuentran bajo la jurisdicción de los obispos del Rito Oriental en los Estados Unidos, tales como las iglesias Maronita, Ucraniana y Bizantina. Estas iglesias están separadas de las de rito Ortodoxo porque aceptan al papa de Roma como jefe de la Iglesia.
En años recientes, el Vaticano y los líderes ortodoxos han hecho algunos progresos hacia la reunificación, pero permanecen en desacuerdo acerca de varias cuestiones.
Mientras muchas de las iglesias “católicas” que no están en comunión con el Vaticano lo declaran abiertamente en sus sitios en la Red, otras son más ambiguas.
“Algunos de los sacramentos que se ofrecen en estas iglesias pueden ser válidos. Otros pueden ser válidos pero ilícitos, puesto que no tienen las facultades de la diócesis. Cada sacramento tendría que ser evaluado individualmente”, concluye en P. Parkes, “para determinar tanto su validez como su licitud”.


Iglesias Católicas no Romanas que están en comunión con Roma

Armenian Catholic Church (eparquías en Nueva York para los Estados Unidos y Canadá)

Syrian Catholic Church (eparquía en Newark, N.J.)

The Maronite Catholic Church (eparquías en Nueva York y San Luis)

The Chaldean Catholic Church (eparquías en Chicago y San Diego)

The Syro-Malabar Catholic Church (eparquía en Chicago)

The Melkite Greek Catholic Church (eparquía en Newton, Mass.)

The Ukrainian Greek Catholic Church (eparquías in Philadelphia; Parma, Ohio; Chicago; y Stamford, Conn.)

The Ruthenian (or Bzyantine) Catholic Church (eparquías en Pittsburgh, Pa.; Parma, Ohio; Passaic, N.J.; y Van Nuys, Calif.)

The Romanian Greek Catholic Church (eparquía en Canton, Ohio)

Iglesias Católicas no Romanas que NO están en comunión con Roma

Traditional

St. Pius X

United Catholic Church

Old Roman

Reformed Roman Rite

Free Catholic

Independent Catholic

American

Polish National*

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL Febronianismo (S XVIII)





El febronianismo fue una doctrina y un poderoso movimiento cristiano establecido por el canónigo alemán de la ciudad de Tréveris (Trier) Johann Nikolaus von Hontheim (quien usaba el pseudónimo Julius Febronius) en el siglo XVIII, que pretendía disminuir la autoridad y los derechos del Papa y aumentar los de los obispos, con el argumento de que la institución que había hecho Jesucristo de la Iglesia no era monárquica.

Febronio perseguía así la reunificación del catolicismo romano con el resto de las ramas del cristianismo y una nacionalización de las iglesias (por lo que su escuela puede ser considerada un equivalente del galicanismo francés). Fue condenado como cismático por la Iglesia Católica.

La piedra que echó a rodar la controversia fue su obra Justini Febronii Juris consulti de Stata Ecclesiæ et legitimâ potestate Romani Pontificis Liber singularis ad reuniendos dissidentes in religione christianos compositus (Bullioni apud Guillelmum Evrardi, 1763), condenada de inmediato por Roma el 5 de febrero de 1764. Luego, en un documento del 21 de mayo, el papa Clemente XIII ordenó su supresión a todos los obispos de Alemania.


Para Febronio, el Papa, aunque tiene derecho a una cierta primacía, está subordinado a la Iglesia universal. Aunque, considerado como el centro de unidad, el Sumo Pontífice puede ser visto como el guardián y campeón de la ley eclesiástica y es capaz de proponer leyes y enviar delegados en asuntos que conciernan a su posición, su soberanía (principatus) sobre la Iglesia no es jurisdiccional, sino de orden y colaboración (ordinis et consociationis). La Iglesia está basada en el episcopado común a todos los obispos, con el Papa en el papel de primero entre sus iguales.

De ello se deduce que el sucesor de Pedro está sujeto a las decisiones de los concilios ecuménicos, en el que los obispos son sus colegas (conjudices) y no simplemente consultores, además de que el Papa no tiene el derecho exclusivo de convocar esas reuniones. Por lo tanto, los decretos de estos concilios generales no necesitan ser confimados por el Papa ni pueden ser alterados por él. Además, las decisiones papales pueden ser apeladas ante el concilio.

Por otro lado, los derechos apropiados por el Papado en materia de apelación, reserva, confirmación, traslado y deposición de obispos pertenecen para el febronianismo a los obispos reunidos en sínodos provinciales.



El misterioso secretario del Papa





Ningún secretario personal había tenido tanta influencia en El Vaticano hasta que llegó el alemán Georg Gänswein (Riedern am Wald, 1956). No hay aparición de Benedicto XVI en la que el sacerdote no esté a su lado. Siempre cerca, siempre atento, siempre pendiente del menor detalle: ayudando al Sumo Pontífice a mantener el equilibrio cuando sube o baja del vehículo papal, colocándole la estola antes de cada ceremonia, continuamente hablándole al oído, controlándole el tiempo en las audiencias privadas y en las entrevistas con la prensa, acompañándolo en sus retiros vacacionales en Castelgandolfo. Todo, absolutamente todo lo que tenga que ver con las actividades personales del Papa pasa por sus manos y por su severa aprobación.

La relación entre el Papa y su “joven” secretario es tan cercana y poderosa, que en más de una ocasión se ha llegado a hacer algún comentario mordaz. “¿No es demasiado estrecha?”, se preguntan unos.

Tiene fama de ser muy devoto, muy severo y… muy guapo. Él se define como “suave en las formas y duro en el fondo”, un hombre para quien la paciencia no es uno de sus fuertes. Pero, ¿quién es en realidad Georg Gänswein? En una insólita entrevista publicada hace unas semanas en la revista dominical XL Semanal del diario español ABC, el “chico bronceado con sotana”, como ha sido calificado por la prensa italiana, habló por primera y quizá por única vez, acerca de la vida que lleva en El Vaticano.

Testigo de excepción de los momentos inmediatos a la elección de Joseph Ratzinger como máximo jerarca de la Iglesia católica, monseñor Gänswein revela: “Yo llegué en el momento en que los cardenales se arrodillaban uno tras otro ante él en la Capilla Sextina y le juraban lealtad y obediencia. Su rostro estaba casi blanco como la nueva sotana y el pileolus que llevaba en la cabeza. Parecía estar enormemente conmovido”.

Para este sacerdote de 51 años, hijo de un herrero de un pueblecito de 450 habitantes en la Selva Negra al que en su juventud le gustaba escuchar a Cat Stevens y Pink Floyd y que odiaba estudiar derecho canónico, aquella experiencia y todo lo que vino los días posteriores fue algo así como “un relámpago, un tsunami”.

Cuando el flamante Pontífice lo invitó a colaborar a su lado en su nueva encomienda, Georg Gänswein asegura que su antecesor en el mismo cargo, monseñor Stanislaus Dziwisz -actual arzobispo de Cracovia-, puso en sus manos un sobre que contenía varios papeles confidenciales y la llave de una vieja caja fuerte de fabricación alemana y le dijo: “Lo único que puedo decirte es que el Papa no puede sentirse nunca ahogado por nada ni por nadie. Cómo conseguirlo es algo que tendrás que descubrir por ti mismo”. Y punto. Esa fue toda su formación dentro de la etiqueta pontificia.

Gänswein dice que la “familia papal” dentro del Palacio Apostólico está compuesta por dos alemanes, un polaco y cuatro italianas que prácticamente no se conocían con anterioridad. “El primer y fundamental paso fue encontrar un modo de vida: la palabra adecuada, el adecuado dar y recibir, el callar, el no callar. En poco tiempo se creó una atmósfera cordial”, apunta. Y revela que en las habitaciones pontificias el idioma que se habla es el italiano, que el Papa “siempre viste de blanco” y que por la tarde se reúne con sus dos secretarios para ver los noticiarios por televisión.

¿Cómo es Joseph Ratzinger en la intimidad? Su secretario responde: “Cualquiera puede ver que el Santo Padre no es una persona demasiado abierta, lanzada, sino más bien reservada. Es, básicamente, un hombre tímido, que transmite cierta sensación de incomodidad, una especie de rechazo, a todo lo que sea demasiado corriente, a la vulgaridad”. ¿Y en el ámbito laboral?: “Es un trabajador enérgico y rápido”.

Monseñor Gänswein platica que aún cuando en un principio lo irritaba, hoy ha aprendido a lidiar con la inquietud que genera en el mundo su agradable apariencia externa. “En realidad no hace daño, además me resulta halagador y no es pecado”, remata.

El poderoso secretario personal es tan misteriosamente cercano a Benedicto XVI, que por primera vez aparece al lado del Papa en varias de las 13 fotografías del Calendario 2008 que publicó recientemente el diario vaticano L’Observatore Romano. Sonriente, unos pasos atrás del Sumo Pontífice, Georg Gänstein también está en la portada de este almanaque que ya puede comprarse a cinco euros en todas las librerías de Roma. Es, aseguran, ‘el verdadero poder tras el trono’. Es el hombre más poderoso del Vaticano. Todo un enigma para muchos.